Lycoris ardiente.

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Sus labios temblaban al mismo tiempo que aquella mano ajena le rozaba el borde de la falda grisácea. La otra sonreía en forma de burla ante la reacción de la pelirroja.

Apenas podía articular una palabra coherente, su mente estaba nublada por el miedo del momento. Cada vez que Sakura actuaba de tal forma siempre terminaba mal para era, para Erika.

- Otome-- Uh, detente - Hace poco la susodicha la había acorralado contra la pared de la habitación. Erika sentía que estaba a su merced, no por voluntad propia, sino por caprichos de su compañera de cuarto.

Sakura rió por lo bajo ante las súplicas de la pelirroja, nadie podría escucharlas aún si ambas gritaban a todo pulmón, ya que las paredes privaban cualquier ruido.

- ... No me pidas que me detenga, Erika. Tú sola te lo buscaste - Sentenció con un tono bajo, causándole escalofríos a su compañera.

Sin hacerse esperar, se acercó peligrosamente a su rostro asustado y sudoroso. Sakura frunció el ceño y gruñó como si de un perro se tratase.

- No puedo creer que ayudaste a Takina y a esa Chisato el otro día - Casi en un susurro, ella pronunció esos nombres como si fueran lo más amargo y despreciable que jamás existió. El semblante de Erika palideció al recordar ese día donde tomó la llave del cuarto de escobas abandonado y les echó una mano a las repudiados del instituto, pero nada de eso terminó bien para ella, apenas llegó, fue descubierta por su compañera de habitación. Al principio, Otome no hizo nada al respecto, pero al parecer, solo esperaba el momento donde Erika bajara la guardia para darle una "lección", como siempre ocurría en ese dormitorio.

[°°°]

Todo se volvió oscuro para mí, mis ojos ya no eran capaces de percibir más allá del color negro que pintaban las cuatro paredes a nuestro alrededor. Chisato, que estaba sentada a horcajadas sobre mí, tomó mis mejillas con sus manos frías y pude escuchar una pequeña risa nasal salir de ella.

- ¿Qué estás haciendo? - Pregunté confundida por la repentina acción de la otra. Fruncí el ceño al notar que me había ignorado, intenté decirle algo más, pero ella me silenció colocando su dedo índice sobre mis labios.

- ... Siempre estás viendo mis pechos cuando nos cambiamos de ropa, Takina - Ella parecía estar burlándose de mí, sus palabras casi salían como una carcajada engreída, nada parecida a la Chisato que conocía -. ¿Puedes decirme por qué los miras tanto?.

Esa pregunta me pareció estúpida, en primer lugar, ¡Lo de ver sus pechos era mentira!, Puede que una que otra vez mis ojos voltearan a ellos, pero era por lo llamativo, nada más...

- No tengo idea de lo que dices - Me apresuré a decir de mala gana, intenté quitármela de encima, pero ella no hizo ni el más mínimo esfuerzo en levantarse.

Sin previo aviso, tomó una de mis manos y rápidamente la posó sobre uno de sus pechos, otra vez sonriendo por lo bajo.

¿Qué planeaba hacer?.

- "Eres tan confianzuda, Chisato" - En tono de burla, Chisato trató en vano de imitar mi voz, sonando más infantil de lo que era. Por mi parte, guardé silencio -. Veremos quién es la confianzuda aquí, Takina~.

Riendo más audible que antes, soltó mi mano y acarició con gentileza mis pómulos, bajando por a poco hasta llegar a mi cuello, donde el dobladillo de la camisa le era obstáculo.

Ella pareció dudar por una mínima de segundo, la punta de sus dedos jugueteaban con el borde del cuello de mi camisa. Alcé un ceja al notar que ella no se movía o decía algo, parecía petrificada encima de mí.

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⏰ Last updated: Sep 07, 2023 ⏰

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Lycoris Radiatta.Where stories live. Discover now