Algo inesperado.

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- ... No veo nada.

- Ya somos dos.

Acabábamos de entrar al lugar que mi informante, Kurumi, me había recomendado. Seguimos el camino trazado por su descuidado y a la vez confuso mapa, pero lo importante es que habíamos llegado sin llamar la atención.

Una chica linda como Chisato junto con una amargada estrepitosa como yo, era algo que se hacía notar, después de todo.

Deposité mi esperanza en que encontraría algo de valor por aquí, pero algo realmente no me gustaba.

¿Era un buen lugar guardar información sobre los Lycoris en un viejo y abandonado cuarto de escobas?.

Solo había una forma de averiguarlo...

A pesar de la oscuridad y la escasez de puntos luminosos, logré divisar el interruptor de la luz, sin pensarlo lo presioné, pero como era de esperarse, no pasó nada, bueno, Chisato estornudó.

- Deberíamos irnos... - Musitó Chisato con preocupación en su voz -. Ni siquiera sé porqué me trajiste aquí, no es lo que imaginé...

Cierto, tampoco le dije la verdadera razón por la que vinimos aquí, solo le dije que me acompañara, eso al parecer fue más que suficiente para hacer que me siguiera como un perro.

- No te preocupes, solo será un momento.

Estiré mi mano tratando de alcanzar su hombro, pero en cambio, sentí que mis dedos se undieron en un bulto voluminoso y suave. Quería pensar que se trataba de alguna esponja lo suficientemente grande como para acaparar mi mano entera.

Instintivamente miré hacia delante como para encontrarme con la mirada de Chisato, quien en algún momento sacó su celular y encendió la linterna. La luz blanca iluminaba sus rasgos, como su boca abierta y pómulos ruborizados.

No, no me digas que...

- ... Volveré primero - Habló tratando de forzar una sonrisa. Con delicadeza quitó mi mano de su pecho y se dirigió a la puerta.

Mientras eso sucedía, bajé la cabeza con vergüenza, no podía articular una sola palabra coherente por culpa de mis nervios, pues, era la primera vez que tocaba el pecho de una mujer que no fuera mi madre.

- ¿Uh? - Escuché desde la puerta, Chisato giraba la perilla con desesperación al notar que ésta no se abría - . No me digas que está cerrada con llave - Se giró para verme con una expresión de horror en su rostro -. Estamos atrapadas.

Esa oración fue suficiente para hacerme accionar, la hice a un lado y lo intenté, no giraba la estúpida perilla.

- No tiene sentido, este lugar está abandonado, no entiendo... - Murmuraba mi compañera mientras se recostaba en la polvorienta pared a mi lado.

Apreté los dientes con frustración. Golpeé la gruesa madera con mis nudillos para derribar la puerta o para que alguien del exterior nos escuchara.

- ... Perfecto - Dejé escapar en un suspiro desganado, dándome por vencida, me desplomé al lado de la rubia y cerré los ojos. Había silencio, igual que en la biblioteca, pero con la diferencia de que este silencio era de cierta forma aterrador.

- ... ¿Chisato,sigues ahí?.

Ella soltó una risa nasal y tomó mi mano en señal de que estaba a mi lado.

- No temas, ya me he encerrado aquí antes.

[°°°]

- ¿Eso es todo, Sakura Otome? - La de menor estatura interrogó con las cejas juntas -. Acordamos que el precio era de siete almuerzos, no cuatro.

La tal Sakura rodó los ojos, soltando una carcajada que encolerizó más a la otra.

- Vamos, Walnut. Sabes que solo recibo órdenes del jefe - Se encogió de hombros con indiferencia -. Acepta eso y mantén la boca cerrada, a menos que no quieras terminar encerrada como esas chicas en el cuarto de limpieza.

La rubia tardó un segundo en responder, a regañadientes asintió y bajó la cabeza.

- ¿Al menos puedo preguntar porqué las encerraste?.

Sakura sonrió con fanfarronería, se acercó a la niña y le susurró.

- Esa Radiatta tiene una forma de pensar algo peligrosa y, la Lycoris que va con ella sabe más cosas de lo que aparenta.

- Dime más.

- Solo digamos que tiene antecedentes interesantes - Aseveró -. No le digas nada a nadie, a menos que quieras morir encerrada en un salón viejo.

- ... Kurumi no dirá nada.

Lycoris Radiatta.Where stories live. Discover now