- Expulsada.

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Aún con lo de Chisato en mente, cerré mis ojos para intentar dormir un poco.

Su cuerpo caliente se acurrucó contra el mío, que se asemejaba a un cubo de hielo aquella noche. Podría simplemente alejarla, pero con la brisa fría saliendo de la ventana - que abrí apenas terminamos de hablar - me congelaba aún con una manta sobre mis hombros.

- ... Vaya confianza - Murmuré más para mí, cediendo por fin al cansancio de mí cuerpo.

[°°°]

Todo andaba normal; apenas desperté me encontré con la absurda imagen de mi compañera de cuarto desvistiéndose frente a mí.

Me sobresalté tanto que di un salto de la cama.

- ¿Qué haces, idiota? - Me quejé con el entrecejo fruncido y mejillas acaloradas a tan tempranas horas de la mañana. Ella parpadeó, aún en sujetador, me regaló una sonrisa divertida como la de anoche.

- ... ¿Takina está avergonzada? - Sonrió mostrando sus colmillos -. Es realmente lindo ver tus reacciones ¿Sabes?.

No, no era para nada divertido sentir el corazón latir con desenfreno a toda hora. ¡No era divertido ver algo tan sensual a esas horas!.

A pesar de ser criada por mi madre, nunca tuve esa relación de contacto físico con ella; nunca me duché o dormí junto a ella... Y ahora, en cambio, una chica que apenas conocía me dejaba su cuerpo a mí merced. No es que le fuera a hacer algo, jamás. Sin embargo, estaba demás afirmar que Chisato era una confianzuda.

- Sigues viendo mis pechos, ¿Te gustan?.

- ¡C-Cállate y quítate la ropa en otra parte! - Sin más remedio, le arrojé una almohada a su rostro, lo siguiente que escuché fue una risilla de su parte, haciendo hervir mi sangre.

Solté un quejido y me levanté de la cama. En unos minutos ya me encontraba lista para las clases. Abrí la puerta, haciendo oídos sordos a la petición de Chisato para irnos juntas.

La figura frente a mí me sorprendió.

Su cabellera rojiza como los ojos de mi compañera, su mirada penetrante y su falta de emociones fue todo lo que necesitaba para saber de quien se trataba.

- Directora Kuzunoki - Balbuceaba con sorpresa. Detrás de mí, Chisato soltó un bufido.

- Tengo algo que decirte. Es una lastima que te hayas puesto el uniforme tan pronto - Alcé una ceja ante su comentario. Pregunté el porqué, haciendo que ella arrugara cada facción de su rostro -. Takina Inoue, desde hoy, estás expulsada.

Mis ojos se agrandaron sin hacerse esperar. Lo que salía de mi boca eran balbuceos; pues no encontraba cómo decirle "pero yo no hice nada".

Para mi fortuna, Chisato irrumpió nuestra sería conversación, expresando su disgusto con un rápido ademán.

- ¿¡Takina qué!?.

La mayor de todas rodó los ojos, dispuesta a dejar las cosas así. Podía dejar las cosas así e irme como una chica obediente, pero tenía una intranquilidad en mi cabeza que me llevaba a accionar sin pensar en las consecuencias.

Fuera una falta de respeto o no, la tomé de la muñeca al ver que se tiraba sobre sus talones. Apreté mi mano contra su dorso, provocando que se detuviera abruptamente.

- ¿Necesitas algo más? - En tono casi molesto, exhaló y se mantuvo en el papel de directora.

¿Aún lo preguntaba? ¿Es que no veía la confusión en mi rostro o las dudas que me dejó su inesperada aclaración?.

De mala gana le dije:

- ... ¿Qué fue todo eso? ¿Expulsarme? - Traté de mantenerme en mis casillas; respirando frenéticamente como si el aire no llegara a mis pulmones y mi cerebro no procesara ninguna palabra que salía de mi boca. Kuzunoki soltó una risa nasal antes de fijar sus ojos en mi compañera. Arrugué mi nariz en respuesta -. ¡No he hecho nada para merecer esto!.

- Claro que sí - Respondió cortante sin una pizca de humanidad - . Incentivar a los estudiantes a provocar una "revolución" no es nada bueno.

- ¡Kuzunoki, tú más que nadie sabe del trato que tienen que soportar los Radiatta! - Chisato nos interrumpió. Volteé a verla por un segundo y mis ojos no se pudieron despegar de ella; con el fleco medio despeinado y su mirada fría, donde sus ojos se asemejaban a rubíes en su estado puro, quedé hipnotizada.

Cuando se molestaba era más bonita, al parecer...

- ¡Dejas que los de tu lado se salgan con la suya porque es lo que te conviene! - Continuó ella tan encolerizada como yo.

Pude notar el pequeño rasgo de sorpresa en la mirada de Kuzunoki, como si alguien hubiese descubierto algo que tenía bien escondido. Eso fue más que suficiente para confiar al menos en una parte de lo que dijo Chisato cuando nos dormimos juntas.

- ¡Chisato-- Ugh, no tengo tiempo para perder con esto! - Sin molestarse en esconder su molestia, se zafó de mi fuerte agarre y se marchó a pasos agigantados.

Chisato por poco y sacaba espuma de la boca.

- Chisato...

- Dime.

Miré al suelo antes de continuar, ganándome una palmada en la cabeza de su parte.

- No te preocupes, quizás para ella estés expulsada, pero para mí aún sigues formando parte de esta escuela - Pese a que en un momento estaba molesta, ahora me regalaba su sonrisa y palabras más radiantes como si nada hubiese ocurrido. Más que una sonrisa, unas lágrimas aceptaron sus amables palabras y, sin decirle nada más, busqué su cuerpo para apoyarme en él.

- ... Me esforcé mucho por ingresar aquí - Murmuré con la frente apoyada en su hombro -, pero parece que ese esfuerzo no sirvió de na~da.

No creí que llegaría a llorar en el instituto, mucho menos en el hombro de alguien, pero ahí estaba, haciendo lo impensado.

Aunque Chisato me dijera que todo iba a estar bien, yo acepté la realidad.

Lycoris Radiatta.Where stories live. Discover now