Cada paso que damos...

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Después de eso, no hubo más ruidos en la habitación, haciéndome pensar que solo estaba yo. Pero las palabras de Chisato cortaron aquel silencio, como recordando que no andaba sola.

- ¡Eres una basura, Kuzunoki!.

- ¡C-Chisato! - No lo noté al momento, pero la susodicha no era la única en la oficina. Con su ceño fruncido y su mandíbula apretada, no hizo falta adivinar quien podría ser.

La líder de las dementes, Fuki.

Parpadeé un par de veces para comprender por fin la situación: Chisato le había propinado una bofetada a la directora, dejándole la marca de los cinco dedos en su mejilla izquierda. Pese a su acto precipitado, la mayor se mantuvo con la boca cerrada, aunque sus labios estaban más arrugados que una pasa por la mueca que estaba haciendo.

Parecía que intentaba reprimir algo con todas sus fuerzas.

Antes de que pudiera decir algo, ella habló con la misma monotonía de siempre.

- ... Tu amiga puede volver a este instituto. Todo lo que ocurrió fue por un malentendido que cierta persona me dijo - Instintivamente miré a Fuki, ni siquiera me molesté en disimularlo. La expresión de Kuzunoki se agravó al nombrar a la Lycoris, tal vez exageró al contarle mis hechos y tal vez, solo tal vez, ella tomó ese veredicto.

No tuve tiempo siquiera para secarme las gotas de lluvia que destilaban de mi uniforme, que con la humedad, ya no se veía azul sino negro. Fui consciente del frío que recorría por mi piel, era como si mi alma volviera a mi cuerpo y mis sentidos se activaran.

No dije nada, más por el shock que por otra cosa. La primera en irse fue Fuki, quien me dedicó una mirada encolerizada antes de cruzar el marco de la puerta. La de cabellera rojiza sacudió el polvo de su camisa antes de continuar rellenando su papeleo, pero no sin antes murmurar algo para sí misma que a duras penas escuché.

"No es como si su final fuera diferente si vuelve".

¿Habré escuchado mal? ¿A qué se refería con eso?, No lo supe, pero me dije a mí misma que no era de importancia.

[°°°]

Con las piernas cerca de mí pecho, me senté al atardecer en el lugar que Chisato me indicó por llamada. Pensarías que era una locura si todo el asunto de la expulsión quedó resuelto, pero dudaba que solo me llamara para saber cómo estaba.

En el camino me encontré con varios estudiantes que no paraban de murmurar contra mí. No sé molestaban en cuchichear en voz baja, por lo que entendí que me estaban provocando.

Con el negro pintado a todas mis direcciones, solté un suspiro en espera de aquella misteriosa chica que me ayudó no sé cómo a volver aquí.

La puerta se abrió con lentitud, soltando un rechinar de las bisagras. Sin esperar, Chisato entró y cerró la puerta detrás de sí, volviendo a dejar todo a oscuras. Me preguntaba, ¿Porqué elegir un lugar como ese para discutir en vez de nuestra habitación?.

Ella se me acercó, abrió mis piernas y se sentó en mi regazo. No opuse ninguna resistencia por la falta de tiempo para que pudiera reaccionar, pero al comprender la forma en que estábamos sentadas, no parecíamos amigas ordinarias.

¿A este punto ya éramos amigas?. Bueno, con toda la confianza que me tenía y por apoyarme, creí que así era.

- Conseguí algo que podría ayudarte, bueno, ayudarnos - Sin despegar la vista del frente, ella continuó, sonando un poco dudosa -. Registré los archivos de Kuzunoki mientras ella iba al baño. Después de registrar papeles aburridos, encontré su agenda de contactos guardada en un cajón de su escritorio. ¿Sabes qué fue lo extraño?, Que de todos los contactos, había un número que en vez de tener un nombre, solo tenía una letra, "Y".

Ese asunto de la directora cada vez se tornaba más y más confuso. Ambas jugábamos a las detectives mientras husmeábamos las pertenencias ajenas en busca de alguna pista, sin dudas, eso era ilegal.

Pero más ilegal era lo que esta escuela tramaba, o así lo presentía.

- Le pedí a Kurumi que lo buscara y me diera toda la información posible--

- ¿¡Kurumi!? - Farfullé con la boca abierta, ganándome una mirada extraña de Chisato -. ¡Ella definitivamente no está de nuestro lado!.

Esperé muchas reacciones de su parte, pero en cambio, ella solo rió como si fuera dicho alguna broma.

- Veo que aún no lo sabes - Me comentó entre risas -. Kurumi no pertenece a ningún lado.

- ...

Dada mi confusión, ella volvió a explicar.

- No le interesaba nada de Lycoris o Radiatta y simplemente pagó una gran suma de dinero para no ser nada a los ojos de los estudiantes. Con algo de dinero, puedes conseguir un favor suyo.

Así que también podías comprar tu "libertad", ¿Eh?. Eso podía explicar algunas cosas, pero...

- Estoy segura de que ella fue la que nos encerró el otro día - Dije en forma de susurro pero, sentía cómo Chisato poco a poco se encorvaba hacia adelante, por lo que me le acerqué más a su oído y le susurré - . Debes de ser menos confianzuda.

Apenas terminé mis palabras, estiré mi mano para encontrarme con la suya. Chisato no dijo nada. Volví a pegar su espalda contra mí pecho, pude sentir su respiración acelerada contra la mía.

- ... Quise llamarte aquí para ver la información juntas - Soltó luego de mantener bajo control su respiración. Pude sentir un corazón latir con fuerza, era el mío.

Sin dudas, Chisato era única.

De pronto, una luz me hizo volver en mí misma. Ella tomó su teléfono con su palma libre y sonrió.

- Es Kurumi.

Me mostró el texto que estaba escrito en la brillante pantalla.

Era una sola frase, pero me herizó la piel y me congelé.

" Jefe de sicarios de la orden de Alan".

¿Qué buscaba una simple directora con un sicario?.

Lycoris Radiatta.Where stories live. Discover now