Bang Chan | Stray Kids

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Doyun. Una chica normal y corriente, literal, de esas personas que la ves y te da una sensación neutra que nisiquiera te tomas la molestia de preguntar su nombre porque te mira con muy mala cara, que puede (en casos extremos) llegar a intimidarte un poco.
En todo casi ella es así. Le gusta su forma de ser. El perfil bajo que maneja la hace sentir especial, no es amante de la atención, es como si constantemente estuviera viviendo en una burbuja, así es su vida y la ama.
Tiene apenas 27 años y la razón por la que odia estar bajo la luz de aquellas vocecillas ajenas en su vida, es porque estaba harta de los dramas cotidianos con gente tóxica que por suerte, cortó lazos hace mucho. Eso no quiere decir que no tenga amigos, al contrario, experiencias así la hicieron ser más cuidadosa a la hora de otorgarle el nombre de "Amigo" a quien realmente considera que se lo merece. Tiene su pequeño grupo de 4 pero con quien de verdad se lleva hasta al punto de considerarla hermana es con su amiga de trabajo.  Trabaja junto a  ella en JYP Entertainment, las dos eran del equipo de producción. Su nombre era Eunji, compartió casi toda la vida con Doyun y eran inseparables hasta que por cosas del destino se distanciaron un poco. Doyun se fue a Estados Unidos por unos años mientras Eunji se quedó en corea. Cuando Doyun volvió, ya estaban en condiciones para decidir por si mismas y decidieron hacer lo posible para no alejarse la una de la otra.
La vida de Doyun se resume en "Me da igual todo lo que pasa alrededor mientras no me afecte"
A esa edad, por lo menos ella, había encontrado estabilidad donde creyó alguna vez que nunca sucederia; en si misma. Ya no estaba para hacerse mala sangre por tonterias y eso lo tenía muy claro. Vivía sola, tenía buen trabajo y su amor al arte de crear sonidos o letras la mantenían viva, estaba
tan feliz por aquello, Una chica enfocada en lo suyo, eso era ella.

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—¿Qué tal si me subes un poco la voz? —Decía Doyun a su amiga rubia que estaba comiendo la cena mientras levantaba el pulgar para afirmar ya que su boca se encontraba ocupada.
La pelinegra comenzó a cantar de nuevo intentando concentrarse y mantener su voz a raya porque las horas exhaustas de repetir la misma canción ya comenzaban a soforcar.
Antes de que pudiera terminar puso los ojos en blanco sacándose los auriculares de
los oidos. —Le falta algo pero no puedo entender qué.

—Deberíamos agregar un par de sonidos para que el coro "explote" de alguna manera. —Eunji estaba casi igual que su mejor amiga, cansada pero ninguna de las dos quería abandonar el estudio sin haber terminado el demo de la canción que habían compuesto juntas. —Qué carajo. —Maldijo mirando su celular y luego lo volteó hacia su mejor amiga. 12 de la noche. —Llevamos aquí como 5 horas. Será mejor que nos vayamos, me da miedo la empresa de noche.

—Tienes razón. Los trainees que han muerto por las exigencias de la empresa ya deben andar por los pasillos. —Doyun se quedó con una cara de pánico y en silencio por un par de segundos.

—¿Me estás jodiendo?

—Claro. Idiota. —Rió para salir de la cabina y ponerse un buzo ya que estaba haciendo frío. Eunji comenzó a reirse también mientras hacía berrinche a la respuesta de la menor dándole una pequeña palmada en el brazo. Derrepente pasos se acercaban junto a un grito ahogado que las hizo callar de un momemto a otro. Los pasos cesaron y las dos se miraron con un poco de miedo, Doyun no quería mostrarse nerviosa porque bueno, un domingo, casi nadie iba un DOMINGO a las 12 de la noche, solo ellas porque estaban queriendo terminar esa canción.
Eunji tragó en seco cuando Doyun tomó el mango de la puerta mientras decía un "No" silencioso. La menor sonrió como una psicopata y abrió la puerta de golpe.
Cuando las chicas vieron a 3 figuras enfrente de ellas gritando, ellas igual soltaron un grito que tal vez haya llegado a más de una casa. —Oh, dios.—Fue lo primero que dijo cuando se dió cuenta de que eran 3 muchachos.

—Lo siento. —Dijo uno de ellos riendo nervioso. —Este animal me empujó y me me doblé el tobillo. Queríamos pasar desapercibidos porque sabíamos que estaban trabajando pero salió mal, parece.  —Los dos chicos detrás de él asintieron y pidieron disculpas igualmente mientras hacían pequeñas reverencias. —Ya nos vamos. Perdonen de nuevo.

One Shots | MultifandomWhere stories live. Discover now