Capítulo 26

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Me deje caer en la silla que había colocada justo al lado de la camarín despegar mi mirada de la suya que había seguido todos y cada uno de mis movimientos.

— Hola— susurré intentando contener las lagrimas

—Hola— dijo él con la voz ronca

No pude evitar las lagrimas que empezaron a correr por mis mejillas

— ¿por que lloras?— me pregunto

— Por que casi te mueres, ¡¿Como se te ocurre hacer eso?!— dije con la voz entre cortada

— No iba a permitir que te hicieran daño, no otra vez y si uno de los dos tenía que morir era yo

— ¡¿Por que tu lo digas?!— medio grité

Agarró mi mano acariciándomela con el pulgar como hacía cuando éramos novios para tranquilizarme

— exactamente

— No eres dios Ian y mucho menos eres inmortal, ¿que iba a hacer Oliver si llegas a morir? ¡¿Que iba a hacer yo si llegas a morir pedazo de estúpido?!

Comencé a llorar de manera desconsolada, todo aquello que llevaba tragando durante horas y los días anteriores había decidido salir a flote rompiéndomelas frente a la única persona que alguna vez me había visto así.

Me atrajo contra si con cuidado de no hacerse daño dejándome mi cabeza en el hueco entre su cuello y clavícula de manera que no estuviera incomoda.

— No os iba a dejar Petra, ¿no te has dado cuenta todavía de que sois lo más importante que tengo en esta vida?

Me estremecí por sus palabras

— Y si, he sido un imbécil todos estos años, no te creo dude de ti y me deje llevar por lo que los demás decían creyéndome toda esa mierda y pensando que la persona a la que más amaba me había engañado y era una zorra y te pido perdón por todo esto y te lo pediré las veces que haga falta.

» mi vida es una mierda desde que no estas, me diste lo mejor que tengo que es Oliver pero el hueco en mi negro corazón no estaba lleno, faltaba algo y ese algo era tu joder; no sabes lo que me ha costado no ir a buscarte todos estos años y traerte de nuevo conmigo, a los dos o estos días que has estado aquí secuestrarte y encerrarte conmigo en una habitación como hacíamos en la universidad.

Apreté su mano

—Nuestro nido de amor— susurré

— Exacto, ese lugar donde veíamos películas, escuchábamos musical, nos reíamos, hablábamos y hacíamos el amor; por que lo eres todo Petra, tu y Oliver lo sois todo para mi.

Levanté la cabeza para mirarle y lo que vi me destrozó, tenía los ojos llenos de lagrimas y lo único que podía ver era al hombre del que me enamore y del que seguía enamorada.

— No te vayas

— ¿por que debería de quedarme?— pregunté sin despegar mi mirada de la suya

— Porque eres la única que consigue calmar a la bestia que he me hace dejar de ser yo; eres la Calama en mi tormenta, mi todo joder— agarró mi cabeza pegando su frente a la mía por que te amo y siempre lo he hecho y siempre lo haré

Acerqué mis labios a los suyos dejando que me besara

— te amo Ian, nunca vuelvas a déjame— susurré volviendo a besarle

— Créeme nunca más volveremos a estar separados

Volvimos a besarnos hasta que la puerta de la habitación se abrió dando paso al medico que nos miraba con una ceja levantada.

— veo que las visitas han ido bien señor Black

Me sonroje mientras Ian rodaba los ojos y entrelazaba sus dedos con los míos.

— Bien como le dije después de ver la ultima prueba que le hicimos podía volver a caminar, pero deberá hacerlo con un bastón el resto de su vida, eso si con el tiempo será capaz de caminar mejor pero hágame caso, necesitará ese apoyo

— Esta bien, al menos no es una silla de ruedas— dije mirando al peligro que se veía enfadado

— Respondiendo a la pregunta que me hizo antes de que su hermano y la señorita entrara, podrá seguir haciendo ejercicio ahora al principio será la rehabilitación pero deberá buscar la manera de hacer ejercicio adaptado a su condición y en cuento a conducir no creo que exista ningún problema.

— Gracias doctor— conteste yo cuando Ian cerró los ojos ignorándonos a todos

Asintió antes de salir de la habitación volviéndonos a dejar solos

— No puedes ser así de mal educado

— Me la suda, un puto bastón joder que no soy un viejo

— ¿Preferirías estar paralítico?— pregunté con los brazos cruzados y una ceja levantada

— No

— pues deja de quejarte

— extrañaba tu carácter mandón y antipático— entrecerré los ojos dandole un golpecito en el hombro que le hizo gemir de dolor

— Te diría que lo siento pero no lo hago— le di un beso en la frente y me puse en pie— iré a casa a darme una ducha y a ver a Oliver, Alan ha debido e avisar a tus padres y alguien tiene que quedarse con el niño

— ¿lo sabe?

— No, es decisión tuya contarle, no voy a presionarte— me agaché dandole un beso en la frente—te amo, intenta descansar que en nada podrás volver a casa

Asintió sin mirarme, sabía de sobra que estaba enfadado, no conmigo, si no con la situación pero conocía demasiado bien esa expresión y agradecía enormemente que ahora los calmantes le tuvieran drogado, no podría soportar un ataqué de ira en estos momentos.

Me levante de la silla y me dirigía a la puerta, pero la voz de Ian me detuvo

— Voy a ir a terapia

Me giré para mirarle

— ¿Que?

— Iré a terapia y me medicare, no quiero estar alrededor vuestro así y terminar... haciéndoos daño

Asentí lentamente sin saber como sentirme al respecto, durante años intente que fuera a un especialista y dejara que le medicaran , pero tiempo después deje de insistir me limitaba a confiar en que jamas le haría daño a Oliver y yo estaba demasiado lejos.

Sonreí lévenle y asentí

— Estoy orgullosa de ti, ahora descansa

Salí de la habitación cerrando la puerta detrás de mi y apoyando mi espalda en esta antes de cerrar los ojos y suspirar. Necesitaba descansar y ver a Oliver o terminaría volviendome loca.

La caricia de la ira (#3SPC)Where stories live. Discover now