Capítulo 20

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El día había llegado, hoy le contaría a Ian el motivo del por que me fui en su momento y todo lo que ocurrió aquella noche. Me pase las manos por los pantalones intentando quitarme el sudor de las palmas antes de abrir la puerta del coche de Sam, no había dejado de insistir hasta que había accedido a usar su coche para ir a casa de Ian alegando que quería que pudiera irme en cualquier momento si la cosa no iba bien.

Antes de entrar al coche los pelos de la nuca se me erizaron haciendo que un escalofrío me recorriera todo el cuerpo, antes de poder girarme una mano se poso en mi boca evitando que gritara para después ser cargada hacía dios sabía donde. Me metieron en un coche el cual comenzó a moverse a toda velocidad haciendo chirriar las ruedas, no podía ver a donde íbamos ni quienes eran mis atacantes puesto que me había colocado una capucha.

Intente patalear, pero me fue imposible, solo podía llorar intentando liberarme de la mordaza que se encontraba en mi boca.

A los pocos minutos el coche frenó y me sacaron de este sin nada de delicadeza lanzándome al suelo, me incorpore sentándomelas y retrocediendo arrastrando el culo en el suelo hasta chocar contra una pared. La capucha fue quitada de mi cabeza de golpe dejándome ver quien me había llevado y lo que vi me hizo darme cuenta de que había dos opciones o salir muerta o al borde de la muerte.

— Vaya, vaya, pero mirar quien ha vuelto a pesar de nuestras ordenes— dijo el pelirrojo sonriendo de manera siniestra

— ¿Asustada pequeño girasol?— odiaba que me llamaran así, sentí una lagrima correr por mi mejilla antes de patearle la mano a uno de ellos cuando intento acercarse a mi

— Parece ser que a la gatita le salieron garras— dijo el peor demonio de todos Arthur Rochesters, uno de los tres demonios que me destrozaron la vida

Se acercó quitándome la mordaza de la boca haciendo que le escupiera en el proceso, se pasó el brazo por la cara limpiándosela antes de darme una bofetada que hizo que mi cara se volviera a un lado por el golpe, sentía la mejilla arder y palpitar, pero no iba a mostrar ni pizca de debilidad ante ellos.

— Eres una zorra Petra y como tal, vemos que has vuelto a aparecer a pesar de que te dijimos que no lo hicieras, ¿Acaso quieres que tu pequeño sufra las consecuencias?

— ¡No te atrevas a ponerle una mano encima a Oliver maldita escoria!— grite, Oliver era mi punto débil y ellos lo sabían de sobra.

Mi cara volvió a girar, esta vez en la otra dirección por la bofetada que el pelirrojo, Ryan me había dado. Escupí la sangre que lleno mi boca al suelo, el muy hijo de puta me había roto el labio del golpe.

— Nadie te ha dicho que hables, así que mantente callada— dijo el mismo sonriendo de manera siniestra, los tres eran siniestros y daban miedo.

Jamás entendí como Ian pudo si quiera relacionarse con Arthur en un primero momento y como luego se hizo amigo de Ryan y Stuart.

— Te lo avisamos Petra te dijimos que no volvieras y mucho menos te acercaras a Ian ¡y que has hecho? jugar a las casitas con el, pero el que avisa no es traidor pequeño girasol y vas a pagar las consecuencias

— Dejarme ir, ahora

— Muy graciosa— se puso de pie antes de indicarles a sus amigos que se fueran — bienvenida a tu peor pesadilla

(...)

No sabía cuanto tiempo había pasado ni donde estaba, el lugar en el que me encontraba era frio y húmedo, no podía dejar de temblar debido a las baja temperatura de aquel lugar. Ni si quiera podía moverme puesto que me habían atado los pies. una cadena que solo me permitía desplazarme unos metros.

En ese momento la puerta se abrió haciéndome pestañear varias veces para acostumbrarme al cambio de luz que provoco.

— Te ves horrible querida

Esa voz...

— Antonella— susurre sin poder creerme que estuviera aquí

Esta sonrió de manera divertida mirando a su alrededor antes de devolver la vista hacía mi.

— ¿pensaste que podrías ganar querida? ¿Que podrías quitarme a Ian? que equivocada estabas, ahora no solo me quedare con el si no también con tu pequeño que no tardara en olvidarse de tu existencia.

— ¡No!

— Si, después de esto nadie volverá a saber de ti, nadie te recordara y yo me convertiré en la señora Black, mientras tu te pudres en un hoyo o donde sea que mi hermano te meta, eso me es irrelevante.

— ¿Por que haces esto?— pregunté de manera angustiada

— Fácil, ¡me quitaste todo!— gritó perdiendo los papeles

— No te quite nada, yo no hice nada

— Lo jodiste todo desde el día que te fuiste del cuchitril en el que vivías en tu país, me quitaste a Ian, estábamos destinados por fin iba a conseguir salir con el y con un poco de suerte embarazarme y así aprovechar esa situación para casarme con el y obtener parte de su fortuna y fama, iba a ser grande, reconocida y amada ¡Y tu lo arruinaste todo!

Se acercó dándome una patada con la punta del tacón en las costillas haciéndome caer al suelo, antes de repetir el gesto un mínimo de diez veces.

— Eres una...

— ¡Cállate!— me volvió a tirar al suelo por el golpe que me dio

Ambas respirábamos agitadamente, ella por la ira que desprendía y yo intentando obtener oxigeno

Se paso los dedos por el pelo ordenándoselos de nuevo y volvió a colocar una sonrisa encantadora en su cara. La puerta volvió a abrirse dando paso a Ryan y a Arthur, este primero engancho a Antonella por la cintura dandole un beso como si se tratara de dos actores porno, lo que me hizo mirar en otra dirección.

— ¿Te divertiste hermanita?— la susodicha se separó del pelirrojo sonriendo y asintiendo en dirección a su hermano

— Bien, es hora de que nos divirtamos el resto

Cerré los ojos intentando no pensar en todo lo que pasaría, pensando en la sonrisa de Oliver y lo mucho que le extrañaba, en mi hermano, mis amigos y en... Ian, en todas las veces que fuimos felices juntos.

Tenía que ser fuerte, no podía abandonarlos; volví a abrir los ojos mirando fijamente a Arthur, esta veces no les dejaría hundirme

Buenooooo..... me voy retirando lentamente
Espero que os haya gustado jejej y que no me odiéis demasiado
Besitos
Cardigan Fields

La caricia de la ira (#3SPC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora