Capítulo 24

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El silencio empezaba a suicidarme, estábamos los siete sentados sin decir ni una sola palabra, mirándonos unos a otros, intentando entender qué coño está pasando.

— ¿Alguien va a decir algo?— dijo Gael 

Eric suspiro y apretó los labios antes de acomodarse en el sofá

— Creemos saber quién tiene a Petra 

Dijo como si fuera algo totalmente irrelevante, lo que hizo que mi corazón se parara 

— ¿Y lo dices así sin más, como si fuera algo totalmente irrelevante?— dijo Alan frunciendo el ceño

— Habla— dije apretando los dientes

Eric volvió la cabeza a Leo, que se veía incómodo, los dos sabían algo estaba más que claro.

— Cuando supuestamente Ian encontró a Petra, engañándole con Arthur y compañía, la cosa no fue como él y todos pensabais y esto lo sé porque gracias a que yo aparecí en ese momento pude evitar que estos tres engendros de la naturaleza, por decirlo de manera fina, sin ofender a sus madres después de drogar a Petra, procedieran a abusar de ella, por no haber hecho caso de  sus amenazas.

En ese momento, mi cerebro había quedado totalmente en blanco y mi pulso cada vez era más elevado no sabía cómo sentirme al respecto con esta situación, después de haber pasado tantos años, odiándola por haberme engañado o intentado engañar a la vez que a ver si aprovechado de mí dinero y fama para ella misma cosa que ahora me doy cuenta que no era verdad, sino que era lo que me habían hecho creer.

— ¿Amenazas?— preguntó Sander

— Sí, la amenazaba con hacerle daño, si no se volvía a España y se alejaba de Ian por completo, porque según ellos ella estorbaba, le comía la cabeza y la dejaba, de pues aquellas cosas que a ellos les interesaba y les beneficiaba de Ian como las peleas, los contactos dentro de el mercado, negro, etc. Parte de su dinero y su estatus social. 

Sentía que en cualquier momento me iba a desmayar, ante esta situación, podía notar la sangre caliente, correr a través de mis venas, incluso escuchándola en los oídos.

— Yo pude parar esto, porque la noche que ella estaba en el bar Nox con sus amigas por llamarlas de alguna manera siendo una de ellas es Antonella, vi como se la llevaban, y no se la veía en condiciones óptimas, por lo que la tuvieron que drogar estando dentro del establecimiento— se aclaro la garganta— todos sabemos después lo que pasó, que Petra volvió a España hasta ahora que ha roto esa norma que ellos le impusieron y se han dado cuenta de qué ya no pueden sacar lo que quiera que estuvieran sacando ahora encima completamente, al ver que tu compromiso con Antonella estaba pendiendo de un hilo roto.

En ese momento me levanté de golpe abriendo varios botones la camisa de un tirón, me sentía totalmente ahogado, tenía ganas de llorar pero a la vez lo estaba viendo todo rojo; aparezco en el puño varias veces hasta que fui separado de ella por Sander y Alan

— Hermano calmate 

— ¡¿Como quieres que me calme joder?!— grité tirándome del pelo

me giré  mirar a Eric furioso 

— ¡¿Por que cojones no me lo contaste?! ¡Se supone que eres mi amigo!

Sin alterarse ni un poco, se llevó el vaso de agua los labios antes de empezar a hablar

— A pesar de que tu querida Y yo tenemos una relación un tanto odiosa, le prometí que no le diría nada a nadie cuando me explicó todo lo que pasó después de aquella noche; es cierto que al principio me negué, pero al final terminó convenciéndome la única persona, además de mí, que lo sabía, era Leo aquí se lo conté borracho una noche, porque como comprenderás cargar con este peso viendo a uno de tus mejores amigos sufrir, por eso no es fácil.

— Mi defensa diré que está mal lo que hemos hecho al ocultarlo, pero yo sabía parcialmente la situación y he hice una promesa igual que Eric y todos aquí conocemos el significado de una promesa en juramento— dijo Leo de manera desafiante en mi dirección

Ahí hemos hecho un juramento que nos prohibía totalmente romper cualquier tipo de promesa o juramento entre nosotros y cualquier otra persona, porque queríamos demostrar que nuestra palabra sí que valía y se podía confiar en ella, porque si no puedes confiar en tus amigos y en tu familia, no puedes confiar en nadie.

— Esto se puede discutir en otro momento ahora importante es...¿ dónde coño está Petra?— dijo Sander

— ¡Lo tengo!— gritó Parker que no había formado parte de la conversación mientras tecleaba rápidamente en el ordenador— el rastreador el móvil de Stuart, definitivamente es demasiado tonto, se encuentran en el acantilado Piedrafita

— ¿En el acantilado? ¿y que coño hacen allí?— preguntó Gael con el ceño fruncido 

— Acabar con el problema— dijo Leo mirando un punto fijo— la van a matar

Esto ultimo lo susurro antes de que todos saliéramos corriendo del apartamento, subir al coche detrás del volante, sacado del asiento del conductor a los pocos segundos

— Una mierda, conduzco yo— gritó Alan empujándome— tu no estas en condiciones 

Al acantilado de Piedrafita, se tardaban aproximadamente 40 minutos, pero nosotros lo recortamos a unos 15 minutos escasos siquiera sabía si llegaba. Desde luego me aseguraría de pagarle a mi hermano la multa si le llegaba por haber triplicado el limite de velocidad permitido.

El coche frenó en secó y salimos corriendo de este, pero no llegamos muy lejos hasta ver la escena que teníamos delante que hizo que todas mis entrañas se revolvieran, de rodillas, con los ojos cerrados, mientras Arthur le apuntaba con una pistola en la cabeza.

Rojo, pero me contuve acercándome de nuevo el coche para sacar la pistola que llevamos en la guantera, porque si los siete llevamos todos en nuestros coches un arma en la guantera, nunca sabías con que peligro te podías encontrar.

— ¡Quita tus sucias manos de mu mujer ahora!

Arthur se giró en nuestra dirección, apuntándome a mi lo que hizo que no pudiera evitar disparar al momento en el que él lo hizo, en ese momento, el tiempo se detuvo, y lo único que escuchaba era un pitido antes de ver como el cuerpo del moreno caía de golpe al suelo.

Me llevé la mano al costado en el momento en el que sentí algo mojarme, la piel, viendo que no paraba de sangrar mis ojos, se dirigieron aquella mujer morena de pelo rizado y ojos preciosos, que me miraba de manera angustiada, antes de levantarse y correr en mi dirección momento, sentí mis piernas fallar y no pude evitar caer al suelo

— ¡Ian!— escuche mi nombre ser gritado por varias voces

— ¡No te atrevas a dejarme!v gritó Petra agarrando la cara con las manos manchadas de sangre

Coloque un mechón detrás de su oreja antes de sonreír levemente

— Siento todo esto cariño— susurré— pero quiero que sepas que te amo 

En ese momento, mis ojos se cerraron haciéndome ver todo negro además de hacer desaparecer el sonido del mar, la lluvia y los gritos a mi alrededor convirtiéndosela todo el calma. 

La caricia de la ira (#3SPC)Where stories live. Discover now