♚Ꭼꮮ ꮮꭼꮐꭺꭰꮻ ꭰꭼ ꮜɴ Ꭺꮮᏼꭼꭱꮖꮯꮋ𓃠 [Genshin Impact]✿[Luckae] [✓]

🥀⁀➷𝕋𝕨𝕖𝕟𝕥𝕪 𝕥𝕙𝕣𝕖𝕖🥀 (Ⲉ⳽ⲣⲉⲥⲓⲇⳑ 2/2)

Por culpa de sus pesados abrigos no podían correr más de la cuenta, ya que les era incómodo. Pero pudieron llegar a casa al mismo tiempo, Kaeya al momento de querer abrir la puerta fue derribado por Diluc, lo cuál provocó que la puerta fuera abierta junto con dos niños cayendo tras esta.

—¡Quítate!

—¡Te gané!

—Mentiroso, ¡yo gané!

—¿Quién está debajo mío?

—¡Eso no tiene nada que ver, yo te gané!

Al estar Diluc sobre Kaeya, no se percataron que frente a ellos estaba una joven de pelo corto y traje de sirvienta, esperándolos con una cálida sonrisa en sus labios.

—Veo que se divierten.

Los infantes alzaron la cabeza, viendo a la persona frente a ellos. Al ver de quién se trataba, su sonrisa se agrandó aún más.

—¡Adelinde! —dijeron ambos niños al unísono.

Se dirigieron hacia la sirvienta y la rodearon con sus bracitos, mientras la joven los regañaba por andar corriendo de esa forma tan brusca dentro de la casa.

—No quiero que se lastimen, corran despacio al menos aquí en el viñedo, ¿acaso quieren que su padre los regañe de nuevo?

—No —dijeron juntos nuevamente, mientras juntaban sus manos y jugaban con sus pulgares; moviendo sus piecitos "inocentemente". Sin duda alguna, los niños tenían un don especial para lograr que los mayores no puedan enojarse del todo con ellos.

—Bien, entonces tengan cuidado, quítense toda la ropa llena de nieve y pónganse los abrigos que su padre les regaló, la cena estará lista en tres minutos.

Los menores asintieron, Adelinde se dirigió a la cocina de forma tranquila y, cuando inspeccionaron que nadie los estaba viendo, hicieron una carrera hasta sus habitaciones.
Mientras subían las escaleras rápidamente y con precaución, la seguridad ante todo, Diluc quiso iniciar una pequeña y corta conversación entre ellos.

—¡Otra festividad navideña juntos!

—¡Sip, ojalá tengamos más!

Al ir cada uno a su respectiva habitación, comenzaron a cambiarse rápidamente, pero al moreno se le dificultó más. Al momento de quitarse el abrigo se resbaló con la nieve que había caído de sus ropas, haciéndose agua al instante y cayendo por culpa de esta. Primero fueron las repentinas y dolorosas caídas y lo segundo fue la bufanda, ya que no podía quitársela del cuello. Al intentar hacer las cosas rápido, tardó y se le dificultó más de lo pensado, ¿irónico, cierto?

Una vez listo, se colocó un pantalón color café, unas botitas negras, un gorrito rojo con un pompón blanco en la punta y, para finalizar, un hermoso suéter verde adornado con bordados rojos, mientras que en el medio estaba un reno junto con un señor regordete de barba blanca.

Fue hacia la puerta y al abrirla se encontró a Diluc.
Su vestimenta era la misma, lo único que lo diferenciaba era el color del suéter, el cual era rojo, adornado con bordados verdes y en el medio un reno junto con el mismo señor barbudo.

—Supongo que te gané otra vez —mencionó cruzado de brazos.

—¡Hum! —Se cruzó de brazos de igual forma y desvió la mirada—. ¡Me tardé porque me resbalaba a cada rato y también por culpa de esa maldita bufanda!

—Excusas.

El peli-azul no quería seguir escuchando las burlas de su hermanastro, jamás aceptaría una derrota, jamás, jamás.