46| Los preparativos

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Olivia.


Miré a Mack, la chica que me ayudaba con la boda, y negué con la cabeza de nuevo.

—...Es original, con vuelo y escote muy bonito –intentó convencerme.

Volví a negar, poniendo una mueca.

—Es para las damas de honor, no para la novia –murmuré, ya cansada.

Creo que quiso contener el poner los ojos en blanco, y se dio la vuelta. Volvió a meter la cabeza entre vestidos o telas para mi idea, pero ninguno terminaba de convencerme.

Estábamos en febrero y todavía había tiempo, pero no tanto como creía. Faltaban tres meses para que sea junio, y claro, lo que quedaba de febrero.

—No seas tan exigente con la pobre chica –la voz chillona me regañó.

Miré a través de la pantalla a mi tía, quien estaba atenta a mis elecciones, gestos y palabras. Era la única manera de que me ayudara para no morirme, porque literal, iba a hacerlo cada vez que me encontraba en esto.

—No lo soy. Quiero irme corriendo cada vez que no estoy de acuerdo –suspiré dramática.

Mi tía rio detrás del móvil y quise que estuviera conmigo. Era lo más cercano que tenía a una madre, y de sangre. 

Como me gustaría que mi madre estuviera conmigo. Todo esto de los preparativos serían más fáciles.

—Olivia –Mack llamó mi atención–. Acá encontré unos que son sin escote, con brillos y... –volví a prestarle atención, bajo la mirada de mi tía.

Suspiré al ver el dichoso vestido. Un espanto.

(...)

Jake miraba a J distraído mientras su madre le intentaba de comer. Comida que quedó en el suelo, por cierto. El perro termino lamiendo el suelo, y el bebé se río como un loco.

—Sigo pensando que no debimos tenerlo –murmuró la morena de mala manera.

Reí cuando dejó el plato vencida. Había dejado todo en el suelo, así que el plato, estaba vacío.

—¿Probaste darle leche? –murmuré concentrada en mi labor.

Sentí su mala cara asesinándome.

—El doctor recomendó darle comida aplastada, porque está creciendo mucho más rápido que otros bebés, o algo así –explicó sacándolo de la silleta.

De reojo la vi irse mientras trataba de que el fondant del pastel me saliera perfecto. Tuve que poner toda mi concentración para que quedara perfecto. Sonreí emocionada cuando me salió.

Estábamos a unas horas del cumpleaños de Jaden, y como mañana por la tarde vendrían su familia y amigos. Mi esfuerzo por el pastel era mayor.

Avani entró de nuevo, pero esta vez sin el niño. No pude evitar darle un vistazo, porque estaba tan perfecta como siempre, aunque el abdomen seguía un poco inflamado, ya ni se notaba de hecho.

—¿Quieres que te ayude? –cuestionó, robando un poco de crema.

La miré mal en cuanto lo hizo.

—¡No hagas eso! –recriminé.

Avani rio mientras yo volvía a dejar el pastel en la heladera. Solo faltaba decorarla con la crema, pero necesitaba que el fondant estuviese frio. O eso decía el video, claro.

—No esta nada mal eh. Ahora mi pequeña amiga sabe cocinar –murmuró divertida.

Casi que vuelvo a ponerle mala cara, pero me concentré en separarlos dulces que había comprado para la decoración. Iba a decirle algo pero me frené al escuchar el llanto.

𝐖𝐄 𝐃𝐎𝐍'𝐓 𝐆𝐈𝐕𝐄 𝐔𝐏  | #𝐑²Where stories live. Discover now