39|Para poder fortalecer una relación, debemos irnos

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Olivia.

Me levanté al escuchar mi celular sonar. Como pude me separe con cuidado del cuerpo de Jaden, quien me atrapaba por completo y se sentía muy cómodo pero debía contestar para no despertarlo del todo.

En cuanto vi que era mi tía me alteré por completo. Me había olvidado por completo avisarle que íbamos a quedarnos, aunque lo que más me sorprendió fue ver otro mensaje, siendo de mi primo que se notaba igual de preocupado.

Enseguida llamé a Edith mientras me iba de la habitación y la sala me recibía con la luz del sol. Mierda ya había amanecido, me iba a regañar feo.

Contestó en el segundo intento. 

—¡Por tus padres señorita! –el grito hizo que alejara el celular por un momento–. ¿Por qué rayos no contestabas el celular? –cuestionó con enfado.

Tuve mi tiempo para recomponerme del grito, antes de contestar apenada por hacerla preocupar de esa manera.

—Perdón tía, con Jaden... –intenté explicar pero no pudo debido a su interrupción.

—Perdón no es suficiente para el susto que nos diste, a mi y a Erik jovencita. Pensamos que te había pasado algo, a ti y al jovencito  –siguió regañándome mientras yo seguía espabilándome del sueño–. Dijiste que solo iban a limpiar y a pasar el rato, no que iban a desaparecer toda la tarde y noche sin contestarme los mensajes ni las llamada –se alteró.

Suspiré pasándome la mano por la cara, un poco cansada de que me regañe como si no tuviera mis veinticinco años y que ya sabía manejarme sola. 

A pesar de mis pensamientos, decidí no contestarle de mala manera para no iniciar una pelea. Sabia que tenía razón de todos modos.

—Con Jaden nos quedamos dormidos, de hecho acabo de levantarme. De verdad lo siento por no haberte avisado que habíamos llegado, se me paso completamente –me disculpe.

Sentí un suspiro por el teléfono, dándome una idea que me iba a perdonar. 

—Los quiero a los dos en media hora, el tiempo suficiente para llegar –dijo demandante, aflojando un poco su mal humor.

Sonreí por más que no pudiera verme.

—Bien, volvemos enseguida –prometí.

Me levanté dispuesta a volver a la habitación.

—Cuídate Via, no vuelvas a darme esos sustos –pidió. Esta vez con la voz más calmada.

—Jaden siempre va a cuidarme –asegure antes de escuchar un sonido y colgar al llegar a la habitación.

Después de eso se me hizo imposible levantar a Jae sin que me atrapara una vez más entre la cama y su cuerpo. Le rogué, lo soborne, nos reímos y hasta lo amenacé con tirarle agua hasta que se levantó. Claro que lo hizo para dejar de escuchar mis intentos, no sin antes tirarme una vez más a la cama con él y besarme.

—¡No me cepille los dientes! –exclame quitándolo.

Él se rio y por fin se levantó para espabilarse. No dijo nada antes de meterse al baño y escuchar el agua correr tiempo después.

No sé por qué, pero el hecho de que no me diga nada me extrañó y decepcionó de cierta manera.

Tampoco es que le tome demasiada importancia, haciendo la cama y poniendo las sabanas a lavar. Al igual que la ropa que encontré tirada en el suelo y cosas que debía donar y que no me iba a llevar a los Ángeles.

Todavía no le dije a Edith que volvería ahí. Vinimos al departamento diciéndole que íbamos a limpiar y ver como estaba, ya que después de lo que pasará con Chris no había tocado este lugar, y menos mi tía que siempre anda con sus cosas.

𝐖𝐄 𝐃𝐎𝐍'𝐓 𝐆𝐈𝐕𝐄 𝐔𝐏  | #𝐑²Où les histoires vivent. Découvrez maintenant