♚Ꭼꮮ ꮮꭼꮐꭺꭰꮻ ꭰꭼ ꮜɴ Ꭺꮮᏼꭼꭱꮖꮯꮋ𓃠 [Genshin Impact]✿[Luckae] [✓]

🥀⁀➷𝕋𝕨𝕖𝕟𝕥𝕪 𝕥𝕨𝕠🥀 (Ⲉ⳽ⲣⲉⲥⲓⲇⳑ 1/2)

—Mmh. —La pregunta lo tomó por sorpresa—. No lo sé, no apoyo a nadie en realidad. Pero la razón por la que me uní a los Fatui, y la razón por la cual me decidí unir a ti, es algo sentimental de hecho, no quiero parecer un idiota hablando de esto.

—Dime.

—¿Disculpa?

—Dime la razón, dime tus razones del porqué todavía no me has mandado a la mierda, ni a mí ni a mis ideales, dime la razón por la que cogimos aquella vez. Dime todas tus razones, quiero que me hables —la voz de Kaeya se tornó seria, algunos mechones de su cabello tapaban parte de su rostro, por lo cuál, no se le distinguían sus ojos bicolor. Otro detalle que sorprendió al de cabello naranja fue que, el moreno no traía su muy preciado parche.

—Sinceramente, no tengo muchas ganas de habl-.

—Dímelo. —El fatui se sorprendió ante tal respuesta, viendo boquiabierto al moreno mientras este giraba lentamente su cabeza, logrando que algunos mechones se corrieran de su vista, dejando ver que sus ojos brillaban con intensidad bajo la luz de la luna. Eso alertó al de ojos normales—. Dímelo. Es una orden de tu futuro rey.

Un silencio inundó a ambos jóvenes, Nobile no le temía al moreno, y este último estaba consciente de ello, estaba consciente de que no podía intimidar a alguien como Childe, pero si bien no podía intimidarlo, podía provocar que hable fácilmente.

—¿Acaso vas a obligarme?

—La primera opción sería esa, sin embargo, tengo más métodos para hacerte hablar. —La sonrisa de ambos había desaparecido y el aire comenzaba a ser más fresco, sus cabellos se movían con intensidad—. ¿Hacía falta el dejarme marcas cuando cogimos aquella vez?

—Perdón, bebé. Pero no me resistí —gruñó Childe—, al parecer me equivoqué, no eres un villano, sólo eres un niño asustado que quiere ver a su pueblo nuevamente brillar ante los rayos del sol, ¿me equivoco?

—Eso no te concierne. —La mirada frívola del peli-azul no se apartaba de los ojos muertos del Fatui—. Recuerda tu posición.

—Y tú recuerda la tuya, serás el rey de Khaenri'ah, pero no tienes autoridad sobre mí.

—Ahí es donde te equivocas. —Los pies del futuro rey comenzaron a moverse hasta quedar frente al joven que se lo cogió en aquel bosque desolado. Lo tomó del cuello de la camisa y lo atrajo hacia él, chocando sus frentes y entrelazando sus respiraciones—. No solamente gobernaré sobre mi nación, sino que... mi propósito es aún más grande.

Ahí mismo, en ese mismísimo instante, fue cuando Tartaglia pudo ver con claridad la mirada asesina de su acompañante, una mirada llena de odio, sin ninguna clase de brillo, frívola y amenazante, ese tipo de mirada que pareciera que te está evaluando el alma profundamente, Childe sintió miedo.

—¿Gobernarás a toda Teyvat?

—Someteré a toda Teyvat —corrigió.

No lo podía entender, todavía no podía deducir las verdaderas intenciones del más bajo, esto es más que un simple legado, es un capricho.
"Los caprichos pueden ser perdonados, pero es un crimen despertar una pasión duradera para satisfacer un capricho".

—Estás aún más loco que yo, eh.

—No confundas locura con inteligencia, me costó mucho trabajo llegar hasta aquí, no dejaré que cualquier imbécil se entrometa en mis planes. Tengo mi cerebro, tengo a los guerreros, tengo a los gemelos, tengo todo. Nadie ni nada me quitará lo que me costó conseguir.

Kaeya liberó al mayor, sin despegar sus ojos de los suyos, el contrario dio algunos pasos hacia atrás con una sonrisa nerviosa en sus labios.

—Bien, no lograrás que cambie mi posición en esta guerra, si traicioné a los demás, no dudaré en traicionarte a ti. —Una sonora y ruidosa carcajada salió de los labios carnosos del joven de tez morena, dirigiendo su mirada nuevamente hacia la luna—. ¿Y ahora qué te pasa, demente?

—¡Es gracioso! —Childe lo miró confundido—. Me parece gracioso que estés tan seguro de tus palabras. Escucha, chico, podré confiar en las personas demasiado rápido, pero eso no implica que no averigüe nada de sus vidas privadas; amigos, conocidos, y hasta familia.

Las cejas del blanquecino se encurvaron y su respiración sonó agitada.

—¿A qué te refieres?

—Sería una verdadera lástima que, cuando visites a tus preciados hermanitos, veas sus cabezas en una lanza.

Al oír aquello, no pudo evitar reaccionar de mala forma, sus hermanitos eran lo más importante para él, los únicos seres humanos por el cual él daría su patética vida.

—¡NO TE METAS CON MIS HERMANOS, O SINO TE-!

—¿Qué? —El fatui se quedó callado—. ¿Qué harás? —El contrario cerró los puños con fuerza mientras veía la espalda del moreno—. Ten cuidado, idiota. Seré tranquilo, pero si alguien me hace enojar, nunca pararé hasta ver cómo se retuerce en su mísero dolor al perder a alguien que ama.

Tartaglia no quería seguir ahí, tenía ganas de golpearlo, pero eso sólo lograría que el príncipe tuviera más motivos para atacar a su familia.
Con ambos puños cerrados y clavándose las uñas en la piel, se fue de allí, con el ceño fruncido y su labio inferior lastimado por habérselo mordido de más. Kaeya había logrado su cometido.

—¡Vete a la mierda! —gritó por última vez, para después bajar las escaleras en forma de caracol.

—Patético —murmuró.

Pudo sentir en su mejilla algo frío. Sorprendido, se tocó la parte húmeda, ese contacto le pareció similar.
Era un copo de nieve.

Miles de recuerdos pasaron por su mente, alzó la cabeza y vio al cielo, pudo distinguir unos pequeños copos de nieve caer del cielo, el viento ahora era tranquilo, su cabello se comenzó a cubrir con esas pequeñas partículas.
Le recordaba a su vida con Diluc, cuando vivían en el viñedo del amanecer. Cuando el peli-azul y el pelirrojo tenían una unión envidiable.

«"La Navidad ha llegado y yo aprovecho para decirte lo especial que eres para mí. ¡Siempre serás una de mis personas favoritas!"»

No pudo evitar sonreír, un montón de recuerdos bellos lo comenzaron a evadir.

Momentos de él y el pelirrojo, en navidad.

_____________________

—¡Feliz navidad, Diluc!

—¡Feliz navidad, Kaeya!

_____________________