🌺Capítulo uno🌺

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Me despierto temprano como de costumbre, el cielo se encuentra despejado y el sol entra a través de las cortinas de mi habitación. Salgo de la cama sin demora y voy a darme mi ducha mañanera. Mientras dejo que el agua remueva la poca suciedad que hay en mi piel, repaso mentalmente la lista de mis tareas de hoy.

Una vez termino, me coloco mi tradicional traje negro y bajo las escaleras de casa hasta el comedor donde me encuentro con mis padres. Ellos se encuentran viendo cada uno sus revistas, es algo rutinario para nosotros.

—Buenos días —los saludo tomando asiento al lado de mi padre, dejándolo en el medio.

—Buenos días, cariño —dice mi madre ante de darle un sorbo a su café con canela. Les presento a ReginaFox, una mujer de edad confidencial, ojos color miel, cabello negro sedoso ycuerpo de super modelo, aunque esté mal que yo lo diga. La mejor madre delmundo, si me permiten decirlo, de esas que te preparan galletas si pierde tuequipo de futbol, o se pone la camiseta para animarte durante el partido.Gritando a todo pulmón que eres su hijo.

—Buenos días, Esteban —responde mi padre sonriéndome. Él es Edgar Fox, el hombre más amable del mundo. Es de cabello rubio, como yo, al igual que nuestros ojos son de color gris. De unos 50 años y bueno, mi padre no está en tan buen estado como mi madre—. Hoy iré más tarde a la empresa, acompañaré a tu madre a comprar unas cosas —eso sí, para él nada es más importante que mi madre y su amor se puede sentir a kilómetros de distancia.

Yo por otro lado soy un poco más frio y calculador. Soy el típico hombre de novela cliché. Nunca he tenido una novia formal, solo mujeres de aventuras -y tampoco es que fueran muchas-, tengo un mejor amigo y lo más importante e interesante en mi vida es mi trabajo. La única diferencia entre esos hombres y yo es que yo sí creo en el amor y no me ocurrió nada traumático o una decepción amorosa porque mi ex amaneció en las sábanas de mi padre.

—De acuerdo papá —seguimos desayunando en silencio y como cada mañana, el silencio es agradable y ya es como una rutina así que no me molesta.

—Recuerda que hoy viene la familia a cenar —muevo la cabeza confirmando.

Cuando termino mis alimentos me levanto y luego de despedirme, me voy a la empresa. Veo la hora y ya sé que me atascaré en el tráfico. Para llegar a la empresa, siempre debo pasar por la avenida de La Rosa, la más concurrida de la cuidad, y si te demoras un poco en pasar, te consume el tráfico. No es que me moleste, al contrario.

Saben lo único bueno que tiene esa avenida, una chica. Una hermosa chica de cabello negro largo por debajo de su cadera. Siempre la observo, o bueno, desde hace poco más de un año. La joven siempre trae vestidos de bellos estampados que la hacen ver elegante y estilizada, incluso faldas, pero nunca la he visto en shorts o jeans. ¿Lo más bonito que tiene? Fácil, esa canasta llena de flores que siempre vende, esas flores que huelen a gloria, flores que compro cada mañana para mi oficina. Acompañada de una de sus sonrisas, esa si es una combinación fantástica.

Paso justamente por el frente de la tienda de moda Stella, la mejor de la cuidad, desde la calidad, hasta la atención es agradable en ese lugar. Justo al lado en un feo y viejo quiosco se encuentra la vendedora de flores, no se su nombre, así que ese es su apodo. Me dedico unos segundos a mirarla. Ella no me nota, como cada mañana también se encuentra un pequeño de cabello negro a su lado, debe tener unos dos años. Puede que sea su hijo, puede que no. Le hago una seña para que se acerque y antes de hacerlo agarra su canasta con flores. Ya tiene mi ramo de flores creado, rosas y jazmines, perfectamente cortadas y con colores hermosos.

—Buenos días, señor —dice ella con su melódica voz, me sonríe y como siempre me entrega las flores—. Aquí tiene, y espero que las disfrute.

—Me gusta su vestido de hoy señorita.

La vendedora de flores (Resubiendo)Where stories live. Discover now