Capítulo 6: El Parque

3.4K 168 42
                                    

Escucho que abren la puerta de la habitación, pero estoy más dormida que despierta, así que me revuelvo entre las sábanas y procuro parecer dormida, por si acaso.

- Venga, arriba - dice con sobrada confianza el intruso.

Bueno, intrusa yo, que es su casa, no la mía.

- Mmmm - me quejo escondiendo la cabeza bajo la almohada.

- Vamos a ir a desayunar fuera, venga - insiste sentándose en la cama.

- No me quiero levantar - digo infantilmente.

Escucho su resoplido de cansancio y luego su risa de diversión.

- ¿Esto es así siempre? - Pregunta levantándose y retirando las sábanas, dejando que el frío me azote de golpe.

Se queda callado cuando ve que no llevo más que un camisón y unas bragas. Pero no sé qué esperaba, hace frío pero no tanto y esto es lo más cómodo.

- ¿El gato te comió la lengua? - Me río estirándome, aún acostada.

Sus ojos recorren mi cuerpo con interés, y yo sonrío al ver lo agradado que parece sentirse por las vistas. Me incorporo en la cama, cruzándome de piernas, sentada como los indios.

- Tierra llamando a Pablo - insisto lanzándole un calcetín.

- ¿Eh? Sí, perdón.

Me mira a los ojos y sonríe tímidamente.

- ¿Tan buena estoy? - Lo molesto con una sonrisa socarrona.

- Ni te lo imaginas - suspira en respuesta, sorprendiéndome.

Me río y me paso las manos por el pelo, desenredándolo con los dedos lo mejor que puedo. Que diga lo que quiera, pero es muy temprano para verme guapa.

- Sincero, me gusta - murmuro levantándome y pasando por su lado para sacar de la maleta la ropa que me voy a poner hoy.

- No - niega cuando ve lo que tengo planeado ponerme.

- ¿"No" qué? - Lo miro con el ceño fruncido y él niega con la cabeza.

- Que no te vas a poner eso.

- ¿Por qué? Eso es una red flag, Pablito - me burlo consiguiendo que él sonría un poco.

- ¿Tú quieres tenerme todo el día babeando? - Inquiere entonces.

Se me escapa una risa tonta y miro la falda. ¿Es eso?

- Hombre, la idea no suena mal - respondo sonriéndole.

Él me fulmina con la mirada y yo me vuelvo a reír. Si es que no se puede ser más bonito.

- Bueno, atente luego a las consecuencias - declara finalmente, alzando las manos, como rindiéndose.

Me acerco a la cama, dejando la ropa ahí y girándome para mirarlo. Me da bastante curiosidad saber qué ronda su cabeza.

- ¿Qué consecuencias? - Pregunto lo más inocentemente que puedo.

Su sonrisa pícara me hace estremecer levemente y mi corazón se acelera exageradamente cuando se acerca y desliza su mano por mi cintura, llevándola hasta mi espalda y acariciando levemente ahí.

O nos lo follamos, o nos lo follamos.

Cállate un rato, anda.

- Llegado el momento, lo sabrás - susurra tan cerca de mis labios que siento su aliento en mi boca.

Si moviera la cabeza un poco, tan solo inclinarla un pelín...

- Vístete, te estamos esperando - espeta separándose.

Imprudente // Pablo GaviKde žijí příběhy. Začni objevovat