Cap 17 El pacto hostil

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De nuevo, como ayer, volvería marchar hacia el bosque. Extrañamente, no pude dormir, debido a las palabras de aquella chica, así, para intentar desviar mi atención, decidí leer un poco de las histórias relatadas en primera personas por los civiles de Frelo. Mi abuela dijo que siempre podía leer un par de historias antes de dormirme si algún día no podía acostarme, así que lo hice.

Aunque creo que fue una mala idea. A veces, creo que me vuelvo paranoica, mucho más después de volver esa clases de libros sobrenaturales.

Debería marcharme ahora mismo que empieza a oscurecer.

Antes de salir, vuelvo a mi habitación y tomo mi suéter negro a conjunto de mis pantalones vaqueros favoritos oscuros, mas el anorak, ya que hay ráfagas cargadas de frío otoñal.

Finalmente, salgo del apartamento después de peinarme y no dudo en dirigirme directamente a la invisible barrera mágica.

Allá vamos...

Tras varios minutos de caminata, alcanzo ver la hermosa y enorme casa que se levanta en medio del bosque, rodeada por grandes arboles, como pinos, manzanos...

Esta noche parece que todo es mucho más silencioso, ni siquiera los grillos cantan, ni los lobos aullan. Parece deshabitado el lugar aunque no lo esté.

Con cierta curiosidad, ojeo discreta el collar que cuelga de mi cuello, y para mi sorpresa, sigue dejando ver un tenue brillo... ¿rojizo?

Vuelvo a chequearlo dos veces, y en efecto, el color es rojizo, pero casi inapreciable. Nunca antes había visto mi colgante de este color... debería preguntarle a mi abuela.

-¿Chucho?- murmuro extrañada.

Delante de mis ojos, a varios metros en el balcón del techado, logro apreciar una figura masculina bastante familiar con los brazos cruzados sobre la barandilla metálica de formas rústicas y elegantes.

No puedo creer lo que veo.

Decidí achinar mis ojos para confirmar que sea él, mientras tanto, me descubro del arbusto en el que estaba escondida agazapada.

Sino fuera por su pelo medio ondulado, no creería que fuera él, aunque es extraño que no haya sentido mi presencia. Ya que suele hacerlo. Siempre.

De repente, como si hubiera escuchado mi respiración agitada, voltea su cabeza hacia mi dirección, e inconscientemente, me cubro la boca con ambas manos.

¿Q-Qué demonios...?

Tartamudeo para mí misma al sentir un ligero escalofrío por todo mi cuerpo debido a su mirada penetrante. Aunque el color de sus ojos es mucho más rojizo, diría que como el de la sangre.

La última vez que lo vi no se asemejaba en nada a ahora... aunque han sido un par de años desde la última vez, no obstante, eso no lo justifica. ¡En absoluto!

-¿Katie?-

Doy un salto hacia delante al escuchar una voz gruñona a mis espadas, descubriendo mi cuerpo del arbusto.

-Joder...- tomo mi cabello con ambas manos nerviosa al no haberlo visto venir hacia aquí.

Al voltearme, vuelvo a encontrarme con su rostro. El único que quería ver para hacer toda clase de experimentos, pero ahora mismo, viéndolo delante de mis propios ojos y con una postura indiferente, no lo pensaría dos veces antes de salir corriendo.

-Has... cambiado bastante- digo analizando su mirada y su cabello negro.

Ahora parece mucho más adulto y... ¿¡Qué estoy pensando!?

Pacto hostil [ESCRIBIENDO]Onde histórias criam vida. Descubra agora