Capítulo 9. La Montaña Nok.

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Hye Sung Dark le dio diversas instrucciones a su ordenador para que consiguiera toda la información sobre el clan Red Vetrusto que había en el universo informático; pero no fue mucho lo que encontró. La información sobre este clan se había desvanecido tal como ellos.

Frustrado y molesto por no encontrar nada más que simples referencias, comentó que tendría que pedirle a su tía, Siria Dark, que le permitiera el acceso a la biblioteca nacional, al área de archivos antiguos. Era una zona en la que solo podían entrar los lores, y aunque su tía era la encargada de resguardar dichos archivos, no le iba a ser fácil obtener el permiso. Hye Sung no era santo de su devoción, desde que dejó esperando por horas a una chica con la que su tía le había hecho una cita.

—No sabes lo que es pedirle un favor a tía Siria; voy a tener que cumplir citas por lo que resta del siglo —dijo Hye arrugando todo el rostro con gesto de terror.

—¿Le tienes miedo a las mujeres? —le preguntó Eric y sus labios se ensancharon en una sonrisa de burla.

—No es eso, es ...

—¡Tranquilo! —le interrumpió el lobo—, no tienes que avergonzarte por eso. Llama a tu tía y echa a las chicas para acá, que yo me encargo —le dijo y relamió sus labios con un gesto de macho alfa.

Hye elevó las cejas y luego sonrió.

—¡Ok! ¡Trato hecho!

—Oye, lobo mal hablado, ¿acaso está hablando de gallinas? Cómo dices "échalas para acá" así nada más —le regañó Minwoo.

Pero Eric no le prestó atención. Entornó los ojos y observó a Hye con detalle. El que aceptara tan rápido su propuesta y la sonrisa de satisfacción que tenía dibujada, hizo que el lobo sospechara que había caído en una trampa. Luego de pensar por un momento, se aterró.

—¡E-espera! ¿E-e-estás hablando de las chicas que trabajan con tu tía? ¿Esas que parecen celinas?

Hye apretó los labios y se tragó la risa. Respiró profundo para poder responder—. Un trato es un trato y tú lo propusiste —dijo con una seriedad inusual y agregó—. ¡Ah! Y no es justo decir que parecen celinas... ¡Son Celinas! —Sin poder aguantarse más, su risa llenó todo el espacio del restaurante.

El lobo se desbocó en insultos hacia el príncipe vampiro; pero él le respondió que nada tenía que reclamar. En su empeño por reafirmar su posición de macho alfa, se fue de bocaza sin dejar que le explicara el por qué no quería salir con ellas. Ahora el lobo tenía que cumplir... Hye abrió su comunicador con la intención de llamar a su tía, y Eric no dudó en lanzarse encima de él para evitarlo.

Andy estaba con la boca abierta. Su cabeza giraba de un lado a otro no pudiendo creer lo que veía y escuchaba. Minwoo volteó a ver a su hermano y sonrió.

—Esos son tu idolos —le dijo en voz baja.

—En serio pelean por cualquier cosa... Es agotador —comentó Andy con los ojos fijos en el piso, a donde habían ido a parar sus ídolos luchando por obtener el control del comunicador.

—Y tú apenas llevas un mes aquí. Yo llevo quince años soportándolos.

—Y yo desde que nací, ya casi cuatrocientos —replicó Jinnie, y soltó un suspiro largo y pesado. Los hermanos lo miraron con una expresión de compasión.

Andy sacudió la cabeza para quitarse el estupor y le pidió a su hermano que lo dejara usar la computadora central. Buscaría acceder a la suya en Hanjibang. Antes de salir del pueblo la había programado para que pudiera conectarse con la del bar y así bajar información de ella cuando la necesitara. Y ese era el momento preciso, estaba seguro que tenía en algún archivo la información que buscaban.

El Hijo Oscuridad y el Hijo LunaNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ