18. FRAGMENTOS DE CANCIONES

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—¿Y ese quién es?

La voz fastidiosa de Diego me saca de mis recuerdos y suelto un corto bufido.

—Ese es mi novio —refuto, a lo que él parece lucir sorprendido.

—¿Tu novio?

—Sip.

—¿Desde cuándo?

Lo miro molesta por su cuestionamiento y le doy una mirada de reproche.

—¿Y a ti qué te interesa? —pregunto indignada.

—Uy, qué carácter tienes, florecita.

Pongo los ojos en blanco y miro de nuevo por la ventana.

—Mejor cállate y pon música. No quiero hablar contigo.

Escucho su risa inundar el interior del auto y aprieto la quijada. No me gusta que se burle de mí y sé que es justo lo que se encuentra haciendo.

Haciendo caso a mi petición, enciende la radio y deja que One last time de Ariana Grande llene nuestros oídos.

No me lo merezco
Sé que no me lo merezco
Pero quédate conmigo un minuto
Juro que haré que valga la pena
¿No puedes perdonarme?

—Perdóname, Nai, haré que valga la pena —dice, pero decido ignorarlo, a él, a sus palabras y al extraño sentimiento que me oprime el pecho.

«¿Por qué me hace esto?»

***

Cuando llegamos a su casa, no le digo nada. Simplemente bajo huyendo del coche y entro por la puerta que mi amiga ha abierto para mí. No hay saludo ni nada, simplemente su mano tirando de mí hacia su habitación. Una vez dentro, se rompe y comienza a llorar.

—¿Kea? —la llamo en voz baja.

Ella se ha hecho un ovillo sobre su cama y solloza sin control. Su cuerpo se sacude y esos sonidos de lamento me ponen la piel de gallina.

¿Qué le pudo haber pasado para ponerla así?

Acercándome con cuidado, me siento en el filo del colchón y coloco mi mano sobre la temblorosa espalda de mi amiga. Comienzo a frotar en círculos sin saber qué hacer para tranquilizarla. Nunca habíamos estado en esta situación, ella siempre es la fuerte y alegre y ahora... No sé cómo reaccionar.

Solo dejo que se desahogue, que llore lo que tenga que llorar, que no reprima nada.

Así pasamos mucho tiempo, minutos, puede que una hora, hasta que se calma y los sollozos se transforman en hipidos leves.

—Y-yo... Alex terminó conmigo —dice al fin. Yo suspiro.

—¿Quieres contarme qué pasó?

La veo dudar.

—N-no, lo s-sé. Todo fue... ¡Dios! Lo odio tanto —vuelve a sollozar—. Es un idiota y no me di cuenta. Debí haberlo visto venir, todas las señales... Me siento tan tonta.

Toma una almohada a su lado y cubre su rostro con ella.

—No eres tonta, Kea. El tonto es él por dejarte. Cualquiera quisiera estar contigo, amiga. Eres bonita, divertida, inteligente...

—¡Y virgen! —me interrumpe, luego se echa a llorar de nuevo.

—Vamos, amiga. ¿Eso qué tiene de malo?

—¡Nadie es virgen a los casi diecinueve años! Solo los perdedores —musita, a lo que me siento ofendida.

—¡Hey!

Amor de libro [ADL #1] -PRÓXIMAMENTE EN FÍSICO ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora