-IX

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—Te casarás con Jason Lannister.—afirmó el Rey Viserys.

Laela apretó los puños, una mirada incrédula se hacía presente en ella, vió de reojo a Otto Hightower que veía con deleite la situación. Su mundo se estaba derrumbando, pero trató de mantener la compostura para finalmente solo decir.

—No.

Su padre la vió lleno de frustración pero antes de que pudiera articular una palabra siquiera la princesa volvió a hablar;
—Si me obligas a casarme con él, lo mataré.

—¿Acaso crees que puedes manipularme?.—gritó el Rey.
—No es manipulación, es una promesa.—respondió en un tono sombrío que incluso provocó incomodidad en la Mano del Rey.
—¡Harás lo que tú Rey ordene!.—desesperación era lo que transmitía la voz de su padre.

Laela tuvo una batalla de miradas con su padre, su expresión era dura, fría, áspera aunque por dentro de sí todo estaba derrumbándose. La princesa hizo una reverencia burlona y escupió diciendo
—Felicidades Su Alteza, acaba de perder a otro descendiente.

Y en efecto así era, Viserys no sabía que sus acciones lo condenarían, de nuevo, a tener otro duelo pero esta vez por su primogénita.


La princesa salió disparada como un torbellino, tomando por sorpresa a Harwin quién se encontraba esperándola, cuando este reaccionó la siguió angustiado.

Laela llegó a su habitación y soltó un grito frustrado mientras le propició una patada a lo primero que se atravesó en su vista, una mesita de café derribando todo lo que había encima. El caballero abrió paso hacia la recámara y lleno de preocupación al ver la escena expresó:

—Ela, ¿Qué sucede?

La chica de cabello platinado elevó su mirada para encontrarse con los ojos azules que tenía al frente, al ver la expresión consternada sintió un líquido invadía sus mejillas y cómo le hacía falta la respiración. Finalmente, colapsó.

Después de aquella crisis Laela se encontraba mirando al vacío mientras Harwin estaba a su lado expectante, el pobre no sabía como reaccionar ni comprendía lo que estaba pasando cuando finalmente una voz se hizo presente:

—Mi padre me vendió a Jason Lannister.

La joven se encontraba mirando el piso, no tenía el valor para verlo, sin embargo debido al silencio por parte del caballero, observó como este tenía los puños cerrados con fuerza para finalmente ver que sobresalía una vena en su cuello.

—No importa quien sea, no tenemos que acabar con esto, di una sola palabra y lo mato ahora o en un tiempo.—Harwin divagó.

—No seré tu puta ni tu la mía.—soltó Laela en una risa amarga.

—Eso no es lo que quise decir.—expresó Harwin nervioso, sus manos pasaban por su frente en señal de frustración.

—Creo qué mi padre sospecha qué eres tú de quién le hablé. No quiero ponerte en peligro.

—Te tendré como mi esposa algún día, te lo prometo Ela.—Harwin trató de enlazar sus manos con su amada pero esta se levantó de golpe y comenzó a caminar por toda la habitación, necesitaba ordenar sus pensamientos, necesitaba un plan, un escape y para eso necesitaba callar el caos que había en su cabeza.

Unos golpes se hicieron presente en la puerta de la habitación, provocando que la princesa respondiera;

—Pase.

—¿Interrumpo algo?.—la presencia de Alec Caswell se hizo notar.

—No Alec, dime, ¿qué necesitas?

The one that prevails | Harwin StrongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora