CASTIGO CON UMBRIDGE

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_No puedo creer que consiguieras un castigo el primer día – dijo Pansy mientras trenzaba el cabello de Emily de manera brusca

_ ¡Pansy! ¡no me tires del pelo! -dijo Emily quejándose cuando sintió otro tirón

_Mi error – dijo Pansy inocentemente

_ ¿Debería cortarlo? – dijo Emily refiriéndose a su largo cabello

_Déjalo, te queda bien – dijo Theo jugando con una bomba apestosa

_Si dejas caer eso, te mato – dijo Blaise

_Te encontré – dijo Hermione después de abrir la puerta

_La encontré en la entrada – dijo Draco con timidez

_Apareció el hurón – dijo Pansy

_Vamos Draco, puedes pasar, sin rencores – dijo Blaise sonriendo

_Draco – dijo Emily llamándolo, se podía sentir la tensión en sus miradas – que bueno que volviste – dijo dándole un abrazo

_Son mis mejores amigos, no tuve que alejarme de ustedes por hacerle caso a mi padre – dijo Draco arrepentido

_Pero ahora estas con nosotros, claro que debes ganarte nuestra confianza de nuevo – dijo Pansy sonriendo

Hermione se sentó en las piernas de Emily sin vergüenza alguna y la beso

_Me gusta que me saludes de esta manera – dijo Emily sonriendo

_Debes ir con Umbridge – dijo Hermione abrazando a Emily

_Lo sé, perdón por meterme en problemas el primer día de clases – dijo Emily decaída

_La próxima vez, solo ignórala – dijo Hermione

A las cinco menos cinco, Emily se despidió de sus amigos y su novia, y fue hacia el despacho de la profesora Umbridge, en el tercer piso. Se encontró con Harry, el llamó a la puerta y la profesora contestó con un meloso «Pasa, pasa». Harry entró primero, Emily lo siguió.

El despacho estaba completamente irreconocible. Todas las superficies estaban cubiertas con fundas o tapetes de encaje. Había varios jarrones llenos de flores secas sobre su correspondiente tapete, y en una de las paredes colgaba una colección de platos decorativos, en cada uno de los cuales había un gatito de color muy chillón con un lazo diferente en el cuello.

_Buenas tardes, señor Potter y señorita Grindelwald

_Buenas tardes, profesora Umbridge – dijeron ambos

_Siéntense, por favor - dijo la profesora señalando una mesita cubierta con un mantel de encaje a la que había acercado una silla. Sobre la mesa había dos trozos de pergamino en blanco. Ambos se sentaron en las sillas.

_Hoy escribirán unas líneas para mí... - dijo Umbridge - No, con su pluma – añadió cuando Harry se agachó para abrir su mochila

_Van a usar una pluma mía muy especial. Tomen - Les entregó una larga, delgada y negra pluma con la plumilla extraordinariamente afilada a cada uno - Quiero que escriban «No debo decir mentiras» - les indicó con voz melosa.

_ ¿Yo también? – dijo Emily tratando de no lanzarle un hechizo

_Si, usted también señorita Grindelwald – dijo Umbridge

_ ¿Cuántas veces? - preguntó Harry

_Ah, no sé, las veces que haga falta para que se les grabe el mensaje – contestó la profesora Umbridge con ternura - Ya pueden empezar.

𝔾ℝ𝕀ℕ𝔻𝔼𝕃𝕎𝔸𝕃𝔻: 𝕊𝕌 𝕃𝔼𝔾𝔸𝔻𝕆Where stories live. Discover now