MUNDIAL DE QUIDDITCH PARTE II

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Se internaron a toda prisa en el bosque por el camino que marcaban los faroles.

Oían los gritos, las risas, los retazos de canciones de los miles de personas que iban con ellos. La atmósfera de febril emoción se contagiaba fácilmente. Caminaron por el bosque hablando y bromeando en voz alta unos veinte minutos, hasta que al salir por el otro lado se hallaron a la sombra de un estadio colosal.

Caminamos por un pasillo y subimos las escaleras, las escaleras del estadio estaban tapizadas con una suntuosa alfombra de color púrpura. Subieron con la multitud, que poco a poco iba entrando por las puertas que daban a las tribunas que había a derecha e izquierda.

El grupo siguió subiendo hasta llegar a los asientos VIP del ministerio Frances, estaban en un palco aislado a dos filas de la parte más elevada del estadio.

Cien mil magos y brujas ocupaban sus asientos en las gradas dispuestas en torno al largo campo oval. Todo estaba envuelto en una misteriosa luz dorada que parecía provenir del mismo estadio. Desde aquella elevada posición, el campo parecía forrado de terciopelo. A cada extremo se levantaban tres aros de gol, a unos quince metros de altura.

_ ¡Este lugar es genial! - grito Reggie emocionado como un niño

_Cariño, ¿Tienes el uniforme puesto? - dijo mi madre

_Si, debajo de la capa, mi escoba la tiene Marion - dije mostrando un poco mi uniforme del equipo nacional de Bulgaria.

Durante la siguiente media hora se fue llenando lentamente la tribuna.

_ ¡Cissy! - grito de la nada Bellatrix

_Bella, hermana, mantén la elegancia - dijo Narcisa acercándose

_Hermanita, sabes que contigo no puedo contenerme - dijo Bellatrix abrazando a Narcisa

_Prima es un gusto verte - dijo Reggie asustándola

_Reggie... hace años que no te veo - dijo Narcisa antes de abrazarlo

_Narcisa, debemos ir a saludar al ministro - dijo Lucius Malfoy antes de llevársela

Luego de unos minutos se escuchó una voz

_ ¡Sonorus! - La voz se alzó por encima del estruendo de la multitud que abarrotaba ya el estadio y retumbó en cada rincón de las tribunas - Damas y caballeros... ¡bienvenidos! ¡Bienvenidos a la cuadringentésima vigésima segunda edición de la Copa del Mundo de quidditch!

Los espectadores gritaron y aplaudieron. Ondearon miles de banderas, y los discordantes himnos de sus naciones se sumaron al jaleo de la multitud.

_Y ahora, sin más dilación, permítanme que les presente a... ¡las mascotas del equipo de Bulgaria!

Las tribunas del lado derecho, que eran un sólido bloque de color escarlata, bramaron su aprobación.

Un centenar de Veelas acababan de salir al campo de juego. Eran mujeres hermosas y tenían un encanto que hacían que no pudieras mirar a otro lado. Su piel brillaba, con un resplandor plateado y, sin que hubiera viento, el pelo dorado se les abriera en abanico detrás de la cabeza. En aquel momento comenzó la música.

Las veelas se pusieron a bailar, y la mente de Emily se quedó totalmente en blanco. En ese momento, lo único que merecía la pena era seguir viendo a las veelas.

A medida que las veelas aumentaban la velocidad de su danza, unos pensamientos desenfrenados, aún indefinidos, se iban apoderando de la aturdida mente de Emily.

Quería hacer algo muy impresionante, y tenía que ser en aquel mismo instante. Pero apenas dio un paso y Fleur le sujeto la mano

_Mírame, mírame solo a mi... - dijo Fleur en un susurro, en aquel momento solo podía mirar aquel azul que tanto me gustaba... como pude pensar en impresionar a otras veelas cuando la que realmente me importaba estaba a mi lado.

𝔾ℝ𝕀ℕ𝔻𝔼𝕃𝕎𝔸𝕃𝔻: 𝕊𝕌 𝕃𝔼𝔾𝔸𝔻𝕆Where stories live. Discover now