EL CALIZ DE FUEGO

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Los alumnos de Durmstrang se quitaban las pesadas pieles y miraban con expresión de interés el negro techo lleno de estrellas. Dos de ellos agarraban los platos y las copas de oro y los examinaban, aparentemente muy impresionados.

En el fondo, en la mesa de los profesores, Filch, el conserje, estaba añadiendo sillas.

Habiendo entrado todos los alumnos en el Gran Comedor y una vez sentados a las mesas de sus respectivas casas, empezaron a entrar en fila los profesores, que se encaminaron a la mesa del fondo y ocuparon sus asientos. Los últimos en la fila eran el profesor Dumbledore, el profesor Karkarov y Madame Maxime. Al ver aparecer a su directora, los alumnos de Beauxbatons se pusieron inmediatamente en pie.

Algunos de los de Hogwarts se rieron. El grupo de Beauxbatons no pareció avergonzarse en absoluto, y no volvió a ocupar sus asientos hasta que Madame Maxime se hubo sentado a la izquierda de Dumbledore. Éste, sin embargo, permaneció en pie, y el silencio cayó sobre el Gran Comedor.

_Buenas noches, damas, caballeros, fantasmas y, muy especialmente, buenas noches a nuestros huéspedes - dijo Dumbledore, dirigiendo una sonrisa a los estudiantes extranjeros - Es para mí un placer daros la bienvenida a Hogwarts. Deseo que vuestra estancia aquí os resulte al mismo tiempo confortable y placentera, y confío en que así sea.

_El Torneo quedará oficialmente abierto al final del banquete - explicó Dumbledore - ¡Ahora los invito a todos a comer, a beber y a disfrutar como si estuvieran en su propia casa!

Como de costumbre, las fuentes que tenían delante se llenaron de comida. Los elfos domésticos de las cocinas parecían haber tocado todos los registros. Ante ellos tenían la mayor variedad de platos que hubieran visto nunca, incluidos algunos que eran evidentemente extranjeros.

El Gran Comedor parecía mucho más lleno de lo usual, aunque había tan sólo unos estudiantes más que de costumbre. Quizá fuera porque sus uniformes, que eran de colores diferentes, destacaban muy claramente contra el negro de las túnicas de Hogwarts. Una vez desprendidos de sus pieles, los alumnos de Durmstrang mostraban túnicas de color rojo sangre.

A los veinte minutos de banquete, Hagrid entró furtivamente en el Gran Comedor a través de la puerta que estaba situada detrás de la mesa de los profesores. Ocupó su silla en un extremo de la mesa

_ ¿No sería mejor quitarte la bufanda? - le dije a Fleur

_Si, lo olvide - dijo sonriendo al quitarse la bufanda su pelo rubio plateado le caía casi hasta la cintura

_Quita esa sonrisa de enamorada que me avergüenzas - dijo Brigitte dándome un codazo

_No queda más Bouillabaisse - dijo Fleur en voz baja

_Puedo ir a buscar un plato, creo que en la mesa de Gryffindor aún queda - dije con intenciones de levantarme, pero Fleur ya se había levantado

_Iré yo, quiero saludar a 'Ermione - dijo Fleur antes de irse

Fleur se acercó a la mesa de Gryffindor, pude ver como Ron se puso colorado. Luego de un rato volvió con la sopera a la mesa de Ravenclaw, Ron seguía mirando a Fleur con ojos desorbitados

_Parece idiota, ¿No ve que Fleur está contigo? - dijo Brigitte molesta

_Miren quien llego - dijo Cho la buscadora de Ravenclaw a sus amigos

Señaló la mesa de los profesores, donde ya se habían ocupado los dos asientos vacíos. Ludo Bagman estaba sentado al otro lado del profesor Karkarov, en tanto que el señor Crouch, el jefe de Percy, ocupaba el asiento que había al lado de Madame Maxime.

𝔾ℝ𝕀ℕ𝔻𝔼𝕃𝕎𝔸𝕃𝔻: 𝕊𝕌 𝕃𝔼𝔾𝔸𝔻𝕆Where stories live. Discover now