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Cuando llegue a Hogwarts de suerte no me cruce con nadie, estaba demasiada cansada, por lo tanto, fui directamente a mi habitación a dormir. Decidí quedarme en Ravenclaw, debo admitir que me sorprendió un poco que ellos nunca dijeran nada de mi padre, cuando les pregunte, ellos me dijeron que no me juzgarían por mi familia, solo me juzgarían según mis acciones, creo que hablamos más de las clases que otra cosa.

A la hora de la cena me fui con mis amigos de Slytherin

_Debo admitir que ese corte te beneficia – dijo Draco mirando mi cabello

_Ambas, tenemos buen gusto – dijo Pansy agitando su cabello

_Emily quiero mi abrazo – dijo Theo mientras me abrazaba

_Ahora puedo notar que te está cayendo muy bien el ejercicio – dijo Blaise guiñándome un ojo

_Sin comentarios – dije riéndome

_Hable con Harry – dijo Draco de la nada, todos volteamos a mirarlo

_No te quedes cayado y empieza a hablar – dijo Pansy

_Le pedí perdón por mi actitud y quedamos en ser amigos – dijo Draco suspirando

_Muy bien Draco, ahora solo falta que lo conquistes – dijo Blaise sonriendo

Pasamos la cena charlando de lo que hicimos en las vacaciones, claro que yo no dije todo

Los días pasaron rápido, tuve un partido de Quidditch contra Ravenclaw, lo ganamos después de que su buscador chocara con las gradas, no me gustó mucho ganar solo porque su buscador quedo lesionado.

Comenzaba una nueva semana y me iba a quedar en Gryffindor, al entrar a la sala común pude ver a Ron y Hermione jugando ajedrez, estaban muy concentrados por lo tanto solo me senté en el sillón para leer un libro mientras ellos terminaran su partida.

Harry ingreso a la sala común, no se dio cuenta que estaba ahí, fue directamente con los chicos

No me hables durante un momento —dijo Ron, cuando Harry se sentó a su lado

Necesito concen... —Ron vio el rostro de Harry—. ¿Qué te sucede? Tienes una cara terrible.

En tono bajo, Harry les explicó el deseo de Snape de ser árbitro de quidditch.

—No juegues —dijo de inmediato Hermione.

Diles que estás enfermo —añadió Ron.

Finge que se te ha roto una pierna —sugirió Hermione.

—Rómpete una pierna de verdad —dijo Ron.

No puedo —dijo Harry—. No hay un buscador suplente. Si no juego, Gryffindor tampoco puede jugar.

En aquel momento Neville cayó en la sala común. Nadie se explicó cómo se las había arreglado para pasar por el agujero del retrato, porque sus piernas estaban pegadas juntas, con lo que reconocieron de inmediato el Maleficio de las Piernas Unidas. Había tenido que ir saltando todo el camino hasta la torre Gryffindor.

Todos empezaron a reírse, salvo Hermione, que se puso de pie e hizo el contra malefició. Las piernas de Neville se separaron y pudo ponerse de pie, temblando.

—¿Qué ha sucedido? —preguntó Hermione, ayudándolo a sentarse junto a Harry y Ron.

—Malfoy —respondió Neville temblando—. Lo encontré fuera de la biblioteca. Dijo que estaba buscando a alguien para practicarlo.

𝔾ℝ𝕀ℕ𝔻𝔼𝕃𝕎𝔸𝕃𝔻: 𝕊𝕌 𝕃𝔼𝔾𝔸𝔻𝕆Where stories live. Discover now