EL TORNEO DE LOS TRES MAGOS

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Al día siguiente se encontraban en la estación King's Cross, estaba lloviendo, pero rápidamente corrieron para entrar en el andén nueve y tres cuartos. El expreso de Hogwarts, una reluciente máquina de vapor de color escarlata ya estaba allí, y de él salían nubes de vapor que convertían en oscuros fantasmas a los numerosos alumnos de Hogwarts y sus padres, reunidos en el andén.

Los más jóvenes se despidieron de sus padres y subieron rápidamente para buscar sitio, no tardaron en colocar su equipaje en un compartimiento del tren.

El tren pitó muy fuerte y comenzó a moverse.

La espesa lluvia salpicaba en las ventanillas con tal fuerza que apenas distinguían nada del exterior.

_ ¿A qué se refería tu madre con que te desea suerte en el torneo? – pregunto Hermione curiosa

_El torneo de los tres magos, se celebra este año en Hogwarts – dijo Brigitte

_Mi hermana tiene un permiso especial para... algo– dijo Marion nerviosa

_Lo mejor es que vendrá Fleur, porque Durmstrang y Beauxbatons participan – dijo Delphini

_Por esa razón Fleur nos dijo que nos vería pronto – dijo Hermione

_Si, tengo que ir a darle la bienvenida, Drack ira conmigo – dije

La lluvia se hacía aún más y más intensa conforme el tren avanzaba hacia el norte. El cielo estaba tan oscuro y las ventanillas tan empañadas que hacia el mediodía ya habían encendido las luces. El carrito de la comida llegó traqueteando por el pasillo.

Varios de sus amigos pasaron a verlos a lo largo de la tarde, Blaise, Theo, Pansy y un Draco avergonzado pasaron a saludar, Rolf, Amelia y Daphne también pasaron, parecían animados por un juego de naipes explosivos que ganaron apostando, Marion y Brigitte se fueron con Luna y Tori. Los hermanos Black se habían ido a un compartimiento al final del pasillo

_Mione, Crookshanks se lleva bien con Nash – dije viendo como jugaban

_ ¿Este año trajiste a todos? – dijo Hermione

_Si, no quise dejar a ninguno, llevare a Hanz al lago para que pueda tener más espacio – dije

_Ya llegamos – dijo Nathan

El expreso de Hogwarts aminoró la marcha hasta detenerse en la estación de Hogsmeade, que estaba completamente oscura. Cuando se abrieron las puertas del tren, se oyó el retumbar de un trueno.

La lluvia caía entonces tan rápida y abundantemente que era como si les estuvieran vaciando sobre la cabeza un cubo tras otro de agua helada.

Cien carruajes sin caballo los esperaban a la salida de la estación.

Se subieron a uno de ellos, la puerta se cerró con un golpe seco y un momento después, con una fuerte sacudida, la larga procesión de carruajes traqueteaba por el camino que llevaba al castillo de Hogwarts.

Los carruajes atravesaron las verjas flanqueadas por estatuas de caballos alados y luego avanzaron por el ancho camino, balanceándose peligrosamente bajo lo que empezaba a convertirse en un temporal. Cada vez el castillo de Hogwarts se acercaba más, con sus numerosos ventanales iluminados reluciendo borrosamente tras la cortina de lluvia. Los rayos cruzaban el cielo cuando su carruaje se detuvo ante la gran puerta principal de roble, que se alzaba al final de una breve escalinata de piedra. Los que ocupaban los carruajes de delante corrían ya subiendo los escalones para entrar en el castillo.

_Nathan, ¿Podrías evitar que no nos mojemos? – dije viendo a mi pequeño hermano, sabía que había mejorado en controlar su magia

_Si, creo que puedo hacerlo – dijo Nathan con confianza

𝔾ℝ𝕀ℕ𝔻𝔼𝕃𝕎𝔸𝕃𝔻: 𝕊𝕌 𝕃𝔼𝔾𝔸𝔻𝕆Where stories live. Discover now