Extra: Cantaría una canción solo nuestra, pero se las he cantado a otro corazón.

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Nota: es un extra un tanto largo porque había varias cosas de las que quería hablar, pero espero puedan darse el tiempo de leerlo ♥

Diez años después del epílogo.

Holden.

—¿Cuál es su estado civil, señor Gates?—inquiere la mujer frente a mí. 

—Soy soltero.

Hace una mueca que no estoy seguro de cómo interpretar al igual que una anotación en la carpeta que estoy más que seguro que ya le decía mi estado civil.

—¿Pero tiene planes de casarse pronto? Es importante saberlo.

—No. No tengo pareja.

—¿Puedo preguntar por qué un hombre soltero de casi treinta años quiere adoptar un niño?

Ella ni siquiera es la encargada de mi caso, pero Melody, la trabajadora social que sí está encargada del proceso de adopción que he llevado, debe estar hablando con los padres biológicos.

—Hay muchos niños que están en este sistema, no digo que eso sea malo, pero creo que ambos sabemos el daño emocional que pueden tener por ello. Yo quiero darle a aunque sea una persona mi cariño, ser la familia de alguien que no la ha podido tener.

Sabía que me harían esa pregunta. Madison quiso obligarme a aprender todo un discurso, pero espero que ser honesto sea suficiente.

Y sé que al querer ser padre soltero va a ser más difícil para mí. Pero ya he llevado todo el largo proceso para llegar hasta donde estoy.

Tuve que investigar demasiado, buscar agencias de adopción, aplicar, ir a pláticas con psicólogos, después a una clase de grupo de ayuda para más personas que quieren adoptar y ya estudiaron mi entorno.

Es un proceso demasiado largo y mentalmente agotador.

Quizá me haga una mala persona, pero cuando preguntaron las edades en las que adoptaría, decidí que sería de cero a doce años. Sé que un adolescente involucra demasiado tiempo y aunque yo ya soy un adulto, siento que tampoco soy tan grande como para representar una clase de figura paterna para alguien de esa edad.

Así que hoy vengo a conocer a mi bebé, nació hace unas semanas y decidieron darla en adopción. Desde que tenía seis meses en el vientre de su madre biológica he estado al tanto e incluso hemos platicado. En casa ya tengo el cuarto de la bebé listo.

Estoy seguro. Llevo pensándolo los últimos cinco años, nunca me vi haciendo esto con nadie. Curiosamente, ni siquiera cuando salí con Riley lo imaginé con ella, siempre me visualicé a mí solo.

Riley es la única novia que he tenido después de Phoebe. 

Empecé a ir a citas después de siete años de su muerte, pues todo el mundo me preguntaba e insistía en que debía hacerlo.

Quizá decir citas en plural sea demasiado. Tuve una con una chica, acepté ir por una segunda, pero cuando yo estaba por pagar nuestra comida, vio la foto de Phoebe en mi cartera e hizo una escena de celos. Le expliqué, sin entrar en detalles, que ella había muerto. Pero me exigió que desechara todo lo que me la recordara porque no iba a vivir tras su fantasma.

Me reí, pagué la cuenta y le dije que fue un placer conocerla.

Ella se fue indignada. La chica de la mesa de a lado me sonrió y dijo que la ignorara, que era una idiota.

Esa chica era Riley.

Empezamos a salir, a conocernos. Eso fue un alivio para mis amigos y familia, pues se preocupaban de que no saliera adelante. 

¿Y nuestro final feliz?Where stories live. Discover now