Capítulo 24: Solo para tus ojos te enseñaré mi corazón.

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Holden.

Mientras escribía mi propuesta para Phoebe, me imagine mil reacciones de su parte. Que quizá me dijera que sí en seguida o que se negara pidiéndome seguir en esta extraña amistad.

Sin embargo, nunca imagine que se pondría a llorar de esta manera tan triste y desconsolada.

—Hey, ¿qué sucede?—digo retirándole el computador de las piernas para luego arrojarlo al otro lado de la cobija.

—No quiero perderte Holden —solloza—, pero no puedo seguir con esto si tú no sabes toda la verdad. Me prometí que no lo volvería a hacer.

Siento mi ceño fruncirse por completo mientras me acomodo enfrente de ella.

Abro mis piernas de manera que ella queda entre ellas, para poder intentar verla a los ojos y entender que es lo que está sucediendo porque me siento sumamente confundido.

—¿Por qué me perderías, Phoebe?

—Porque aún no sabes todo lo que paso en Houlton —dice calmándose un poco—. ¿Recuerdas que hace unas semanas te dije que esa no era la historia completa?

—Sí, lo recuerdo.

—Pues necesito decírtela para que tú puedas decidir si aún quieres que sea tu novia.

Se acomoda mejor en su lugar, abrazándose a sí misma.

—Podrías decirme que cometiste un asesinato y aun así lo querría. Solo te pediría que huyéramos juntos.

Niega sin perder la mueca triste de su rostro.

—Te simplifiqué demasiado la historia con mis padres. Hay una razón por la que no los llamo mamá y papá, ¿sabes? —suspira entrecortadamente—. En una ocasión que April fue a verme a casa de los abuelos, cuando tenía cinco años, me llevo a comprar un helado y después a un parque para que yo pudiera jugar. Yo me sentía soñada, Holden. La mujer que todo el mundo aseguraba era mi madre estaba pasando el rato conmigo. Solo ella y yo. Entonces baje del columpio y note que había un hombre platicando con ella, me acerque creyendo que me presentaría y todo eso, el sujeto le pregunto si yo era su hija y lo negó en seguida, diciendo que era su fastidiosa hermana pequeña. Después se empezaron a besar mientras yo observaba todo desde el columpio, con el helado derritiéndose en mis manos y las lágrimas escurriendo por mis mejillas.

—Pero ¿por qué? Es decir, he visto como te mira tu madre. Te ama Phoebe.

—No lo hacía en aquel entonces. Yo era la niña que había roto a su familia —aclara sin parar de llorar—. Recuerdo que antes de llegar a casa de los abuelos, se puso a mi altura y me regaño horrible por haberla llamado de esa manera en público. Dijo que era mi amiga April y eso era todo. Con Peter pasó más o menos lo mismo.

- - Yo veía que todas las niñas en el colegio hablaban sobre su mamá y su papá con grandes sonrisas, como si fueran héroes. Yo no tenía nada de eso. Le pregunté a una maestra que hacía una mamá y un papá, tras explicármelo, me di cuenta de que era exacto lo que mis abuelos hacían por mí. Así que ese día llegue de la escuela a llamarlos de ese modo. Estaba feliz, ya había encontrado a mis padres.

Un nudo se forma en mi garganta al ver como todo eso le sigue doliendo, la tristeza reflejada en sus lindos ojos color miel mientras hace un esfuerzo por dejar de llorar.

—¿Ellos no te dejaron llamarlos así?—pregunto con cautela.

—Todo lo contrario. Se pusieron tan felices que casi me hacen una fiesta. Yo era realmente feliz con ellos dos, Holden. Lo tenía todo —hace una pausa, manteniendo su vista al frente—. Pero el fin de semana llego y ese en específico fue uno en el que April y Peter estaban juntos como pareja. Cuando me escucharon llamar a mis abuelos de ese modo, se enojaron demasiado. Les gritaron horrible que eran unos entrometidos, incluso hicieron llorar a mi nana. A mí me prohibieron volver a decirle mamá y papá a cualquiera de los dos.

¿Y nuestro final feliz?Where stories live. Discover now