Capítulo 30: No quiero perder la cordura.

1.7K 112 95
                                    

Holden.

Tres días desaparecida.

Necesito conseguir personas.

Toda mi familia estará ahí, el padre de Madison también, Justin, Anne y todaslas chicas de atletismo —incluída Olivia—, aceptaron hacer esta clase de protesta para exigir justicia.

Porque la policía ni siquiera ha informado de nada. 

La gente que se ha enterado de la desaparición de Phoebe fue porque hemos intentado difundirlo, publicamos su foto y yo he estado yendo a todos los lugares que puedo a pegar su foto.

La herida me dificulta todo esto y hace que me canse el doble de lo que lo hubiera hecho, pero no pienso detenerme.

Hablaré con Connor para que obligue a los chicos de hockey a ir, espero que con eso sea suficiente.

Porque nadie sabe tampoco nada sobre Bill.

Tomo la mochila para salir de la habitación. Solo he dormido una hora cada día y eso porque mi abuela me preparó un té que no sé ni lo que tenía, pero me tiraba directo a la cama.

Sin embargo, los sueños donde veo lo que le podrían estar haciéndole me despiertan para seguir con su búsqueda.

Salgo y no diré que me sorprende ver a mi mamá y Tayler en la cocina del departamento. Han estado viniendo a ver que necesito. Por lo regular solo viene uno mientras el otro se queda en el hospital con Sophie.

Porque como si no fuera suficiente con todo esto, mi hermanita ha tenido una crisis muy fuerte. Lleva desde ayer internada y no saben cuando le darán el alta.

Mi mamá me dijo que Sophie aseguró que ya no se la daban.

—Holden, no puedes irte así.

—Desnudo no estoy. Por lo tanto, sí puedo.

Ya me negué a tomar el bastón de mi abuela. Comenzaba a sentir que me ponía todo muy difícil.

Agarro las llaves de mi camioneta para darme prisa, pero me detiene por el codo.

—Enséñame la herida.

—Mamá, por favor...

—Obedécela, Holden. Solo se preocupa por ti.

No volteo a ver a Tayler y simplemente me levanto la sudadera. Aún tengo el vendaje, la mayor parte del tiempo duele como el infierno, pero no se ha abierto. He sido cuidadoso con eso.

—Listo. ¿Felices?

Se limita a asentir y dejar un beso en mi frente antes de tenderme una bolsa de papel.

—Come. No sé cuando fue la última vez que te vi hacerlo y lo necesitas. En un rato Tayler se irá con Sophie y yo te acompañaré a buscar a Phoebe.

Me despido distraídamente y bajo los escalones lo más rápido que mi herida me lo permite. 

Al subirme al auto lanzo mis cosas en el asiento de copiloto para poder llegar antes de que inicien las clases.

Alcanzo a aparcar justo a tiempo, de hecho hasta es demasiado temprano porque no han abierto las puertas ni hay ningún coche estacionado aparte del mío. Es tan temprano que todavía no sale el sol.

Echo la cabeza hacia atrás sintiendo como mis ojos quieren cerrarse de sueño. Y, como siempre que estoy completamente quieto y solo, las lágrimas no tardan en salir.

Las dejo caer con libertad, haciendo que mi pecho arda. Apoyo las manos en el volante y me dejo caer sobre ellas, mientras mi cuerpo se estremece por los sollozos.

¿Y nuestro final feliz?Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt