Capítulo 9: Podría abrazarte por un millón de años.

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Holden.

Detesto el tener que estar cuidando este pollo, el trabajo va a ser realmente difícil si no logro acostumbrarme y no creo poder hacerlo.

Especialmente con el que elegimos. Sophie insistió en que me trajera a este porque es el más travieso de todos. Se peleaba; picaba a los otros y por esa razón Tyler lo iba a sacrificar. Le dije que la decisión era de Phoebe, pero cuando ella tampoco pudo decidir, acepte complacerla porque incluso planeaba esconderlo en su recámara.

En el camino a acá ya me ha picoteado dos veces la mano cuando lo vuelvo a meter a la cajita —que no tiene tapa— para que no se vaya a perder o hacer daño en la camioneta.

Estaciono en el lugar de siempre y como no planeo tardarme; solo bajo al animal y la bolsa que me dio mi mamá, tengo que equilibrar un poco con la caja para poder abrir la puerta y cuando lo hago deseo que no se hubiera podido.

Nada más alcanzo a ver brevemente el cabello de una chica y el cuerpo desnudo de Justin sobre ella.

Escucho un fuerte grito agudo al tiempo que me doy la vuelta; por respeto, para darle la espalda al sillón. Cierro la puerta para que ninguna persona que pase los pueda ver.

—¡Cielito!, Creí que llegabas hasta mañana.—suelta Justin sonando nervioso.

—Y yo creí que estabas en tu fase de nada de sexo.

Siento movimiento atrás de mí, me dedico a observar al pollito como si fuera interesante hasta que me indican que puedo voltear.

—¿Cielito?—dice la chica sonrojada mientras cruza los brazos.

—Quedamos que no tendrías sexo en la sala.—le reprocho.

—¿Y por qué no? Eso lo hace más divertido y excitante.

—Ya, pero también hace que yo no pueda sentarme en el sofá sin dejar de preguntarme el culo de quien estuvo ahí antes.

—Pues hoy es el culo de Cara.

Justin ya se ha relajado tanto que incluso sonríe, es bastante desagradable tener que vivir con alguien que tiene estos complejos exhibicionistas y ganas de hacerlo por cualquier lugar del departamento con quien sea.

—¿Eso es un pollo?—pregunta quien al parecer se llama Cara con una mueca de asco.

—No, es un caballo.—digo adentrándome en mi recámara.

Cierro la puerta para dejar que hablen entre ellos y coloco la caja y la bolsa en la cama antes de comenzar a buscar las cosas que necesito llevar.

Afuera se empiezan a escuchar gritos, por lo que supongo que le arruine la diversión a Justin.

Tomo mi laptop que había olvidado y el cuaderno de literatura para meterlos en la mochila junto a una sudadera extra porque en el rancho en verdad está haciendo mucho frío y no para de nevar.

Justo alcanzo a colgarme la mochila cuando suena la puerta principal azotarse con fuerza, agarro mis cosas y salgo de la habitación encontrándome con Justin viéndome con reproche desde el sofá.

—Me arruinaste mi diversión de este fin de semana.

—No sé como voy a hacer para vivir con la culpa.

—Hablo en serio, ella estaba bastante buena y la apartaste. 

—¿Se fue solo porque yo llegue?—digo curioso.

—No, se puso celosa de que te llamara cielito y me dijo que era muy gay el llamarle de esa manera a mi compañero de piso, bromee diciendo que soy bisexual; se indignó y se fue llamándome marica de mierda.

¿Y nuestro final feliz?Where stories live. Discover now