Capítulo 12: Cruzar esa línea.

1.7K 151 71
                                    

Phoebe.

Los insistentes golpes en la puerta son lo que nos despierta a ambos. Me pongo de pie y mi espalda duele un poco. Holden me imita y es él quien abre la puerta soltando un bostezo.

—¿Qué?

—Mi mamá salió con mi papá a hacer las compras de la semana, la abuela se quedó dormida temprano y el abuelo me dijo que solo un capítulo más y ambos sabemos lo que eso significa. Así que nos toca hacer la cena.

Mi ceño se frunce y volteo a la ventana que tiene Holden, es cierto, ya es de noche.

No pude ver animalitos.

Lo positivo es que ya no estoy llena, por lo que cenar estaría bien.

—Yo les ayudo.—ofrezco acercándome a la puerta.

—Tú eres la invitada.

—¿Y?

—Cuando yo fui a tu casa, tú cocinaste sola.

—De nuevo, ¿Y?

—Que lo justo es que ahora nosotros te cocinemos a ti.

—¿Quién lo dice?

—Yo lo digo.

Enarco una ceja acercándome más a él.

—¿Y?

—Esa respuesta ni siquiera tiene sentido, Phoebe.

—¿Y?

Me quiero reír, pero justo ahora estamos en una clase de batalla que no pienso perder y cuando pone las manos en sus caderas me doy cuenta de que Holden tampoco.

—No puedes solo dar la misma respuesta siempre.

—¿Y?

Ni siquiera sé que estamos peleando a decir verdad, pero esto es divertido. Doy un paso más y él no se aparta por lo que quedamos muy juntos. Su altura es mucha, así que también pongo las manos en mis caderas para intentar resultar un poco más intimidante.

—Esto es infantil.

—¿Y?

—Yo decido porque es mi cocina.

—¿Y?

—Deja de decir la misma palabra. Prefiero que me digas un montón de ellas a solo esa.

—¿Y?

Se queda en silencio viéndome con los ojos entrecerrados y noto que él también está reteniendo una sonrisa.

—Vaya... Si quieren los dejo solos... La tensión se puede cortar.

De acuerdo, quizá olvide la presencia de Sophie.

Holden me sonríe abiertamente y sin dejar de vernos, ambos decimos al unísono:

—¿Y?

Finalmente me rio. Lo convenzo de que puedo ayudar y tras indicarme donde queda el baño, hago mis necesidades en lo que ellos bajan.

Salgo del baño y voy camino a las escaleras, pero me detengo cuando veo una foto en la pared. Es Holden de niño, quizá unos seis años, sosteniendo una serpiente mientras llora.

Es una foto triste, se puede notar el terror en los ojos de Holden al ver a semejante animal en sus manos.

—Eso es cruel.—murmuro en voz baja sin dejar de ver la foto.

—Lo mismo pensé yo, aunque también era necesario.—dice una voz a mis espaldas, sobresaltándome.

—¿Necesario para qué? ¿Un trauma?—pregunto sin pensar a Tayler.

¿Y nuestro final feliz?Where stories live. Discover now