Mi mundo revolucionado

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Dejé un beso sobre su cuello acurrucándome más. Ella soltó una pequeña risita que me hizo sonreír. Se sentía tan bien... ese olor a frutos rojos, tan dulce y envolvente estaba volviéndome loca. Sentía su respiración agitada todavía sobre mi cabello, mientras sus manos se aferraban a mi espalda, dibujando líneas.

- Rosé... - susurré y al segundo la sentí tensarse. 

Oh mierda... Me había abstraído del mundo, mi corazón había latido tan fuerte deleitándose con ella, con su olor, con su sabor, con su cuerpo... No sabía si había sido culpa del alcohol, pero extrañamente mi corazón, mi mente y mi cuerpo me habían transportado a esos momentos junto a Rosé. 

- Tienes que irte... - dijo de pronto y sentí mi corazón estrujarse. Negué con la cabeza con el rostro aún escondido en su cuello. 

- Lo siento... -  me aparté de ella observándola. No parecía enfadada, pero sus ojos se habían llenado ligeramente de agua salada. Quise golpearme y me odié a mí misma por haber hecho esto. - Lo siento... no quise... - ella negó con la cabeza.

- Claro que quisiste... - sonrió brevemente. Sus dedos acariciaron mi rostro suavemente, dejando sensaciones tan placenteras, tan indescriptibles, tan fácilmente reconocibles para mi corazón, que nuevamente me llevaba a la imagen de Roseanne. 

- Dije de verdad que me gustas, de verdad lo siento así - traté de hablar rápidamente. Ella volvió a sonreír.

- Lo sé... - sus labios acariciaron los míos. - No estoy enfadada, Lisa.

- Pero yo sí - dije con el ceño fruncido.

- ¿Estás enfadada por sentir amor por Rosé? - asentí.

- No quiero hacerte daño.

- No lo has hecho - volvió a acariciarme. - Ha sido increíble... - cerró los ojos con una sonrisa. - Y no puedo decir que estuvieras diciendo algo que yo no sé - me miró fijamente y ladeé la cabeza en confusión.

- Lisa... - sonrió. - Sé que te gusto, lo pude notar desde el primer día. Pero no estás enamorada, tu corazón le pertenece a Rosé - sonrió dejando un suave beso sobre mis labios. - Debes irte... de verdad.

- Chaeng... - tomé su rostro entre mis manos - ayúdame a olvidarla... - susurré antes de besarla con delicadeza, moviéndome aún en su interior. Ella soltó un pequeño gemido que volvió a encenderme. ¿Qué sensación era esta? Juro que solo la había sentido en los brazos de Rosé. Oh... mierda... Roseanne... Otra vez Roseanne... La punzada que atravesó mi corazón me hizo apartarme de los labios de Chaeyoung.

Ella me observó y dejó una leve caricia sobre mi rostro. Abrí la boca para intentar decir algo, pero ella negó con la cabeza. - Sé lo que eso significa... yo también lo siento. - esbozó una media sonrisa. Eso también dolió. ¿Por qué razón me sentaba tan mal el hecho de pensar que ella pudiera querer a alguien que no fuera yo? ¿Era ego? ¿o es que yo misma me recriminaba por lo mismo?. - No vamos a fingir que no pasó... pero tú y yo sabemos que debe quedar aquí. - negué con la cabeza.

- Dije la verdad cuando te dije que me gustabas. Es evidente que para las dos hay alguien más, pero quizá es que ambas nos necesitamos... no puedes negar la química que hay. - ella sonrió dejando un beso en mis labios, tirando de mi labio inferior, enviando descargas por todo mi cuerpo.

- Me atraes, te atraigo... nos gustamos... pero... - ella cerró los ojos por un instante y juntó su frente con la mía. - eso de que un clavo saca al otro no va conmigo.

- Vamos... por favor, no me apartes. Vámonos de aquí, solo tú y yo. - ella negó con la cabeza divertida. - Yo puedo... - delineé su antifaz sintiendo su mano apartarme con gentileza. - Funcionaría... estoy segura.

My Problem? YouWhere stories live. Discover now