✧༺Cuarto capítulo༻✧

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—¿De verdad? En el bosque no parecías tan impresionado—determinó, y no perdió la oportunidad de molestar al joven de piel canela—. Más bien estabas jodidamente asustado a tal punto de suplicar por tu efímera vida.

El castaño soltó un bufido antes de permitirle a su orgullo hablar para defenderlo.

—No estábamos en iguales condiciones, por eso actué como actué.

—¿Así? —le retó con una sonrisa ladina que resaltaba sus brillantes colmillos—¿Se puede saber que estás insinuando?

—A que si hubiera tenido a la mano algo con lo que defenderme pudiera haberte hecho frente.

La confianza en los orbes avellana era cautivadora para Jeon, quien sin poder evitarlo comenzaba a sentir nuevamente las ganas de morder ese cuello canela que desprendía un tenue aroma a lirios. Su flor preferida desde que tiene memoria.

—Me gusta tu valentía, Tae—el vampiro se animó a llamarlo por un diminutivo de su nombre y al notar que al contrario no le molestaba, pudo sentirse en confianza de continuar haciéndolo—. Pero yo no soy cualquier vampiro. Por lo que deberías tener más cuidado con lo que sale de tus atrevidos labios.

—De lo que tengo entendido es suficiente con un arma de plata o una estaca en el corazón.

—Lo de las estacas es algo que se inventaron los humanos, pero lo del arma de plata es lo verdaderamente efectivo—confesó sin importarle que el castaño podría hacer cualquier cosa con esa información. No obstante, algo dentro suyo le decía que podía confiarle eso y más, mucho más—. Aunque de todas formas sostengo que no podrías vencerme tan fácilmente, bonito.

El necio humano quiso continuar retando y desafiando al inmortal de cabellera azabache, de no ser porque el vampiro también se incorporó del sofá para acercarse al susodicho y posar su dedo índice sobre esos belfos rojizos. Silenciándolo con sutileza.

—Sin embargo, no me gustaría tener de enemigo a alguien tan temerario como tú. Porque a simple vista se notan las agallas que tienes al osar enfrentarme sin saber lo que podría sucederte. Ese mérito no te lo quita absolutamente nadie, Taehyung. Por eso antes de entablar una conversación seria, quiero saber si estamos en paz.

El escritor lo escudriñó con la mirada. Tratando de analizar con cuidado las palabras dichas por el más pálido. Porque si bien era cierto que ser terco era su segundo nombre, tampoco se arriesgaría a hacer algo en contra del inmortal. No lo merecía.

Su ego era el que hablaba por él como método de defensa. Siempre había sido así, y esta ocasión no sería diferente.

—Lo estamos. Solo porque me gustaron los cumplidos que no son ninguna mentira. Pero eso no significa que tengas que bajar la guardia conmigo—le advirtió, separándose unos cuantos centímetros para cruzarse de brazos y parecer circunspecto—. Yo puedo ser realmente peligroso cuando me lo propongo.

—Ya lo creo...

"Tu simple presencia ya es de temer para mí, pero no por los motivos que imaginas".

—Bien. Tómalo en cuenta y todo irá bien.

El castaño desvió la mirada como queriendo ignorar a su visita. Sin ser consciente de que hablaba con él como si a partir de ese momento fueran a verse todos los días.

Aunque quizá ese hecho no estaría muy alejado de la realidad.

—Me parece una idea genial, porque lastimosamente no podrás librarte tan fácilmente de mí.

—¿Disculpa?

—Lo que escuchaste. No tengo lugar a donde ir y te mordí, por lo que me quedaré contigo hasta que pueda contactar con mi gente.

Bad (Good) Decisions; TKVWhere stories live. Discover now