–Oh, esto debe ser una broma –miro como el bebé "Magnus" retoma su llanto.

–Pero si... –Clary se ve interrumpida cuando Izzy corre al otro montón de ropa.

>Por favor no.< suplico a Raziel >Te lo ruego.<

Regresa con un cuerpo en sus brazos, cubierto con lo que eran sus pantalones. Me levanto y observo al bebé profundamente dormido, su piel pálida es resaltada por el cabello negro que cae de a montón en su carita. A pesar de su improvisada cobija puedo ver su runa parabatai, tan pequeña como la palma de mi mano, pero además de esa marca su cuerpo está limpio, sin una cicatriz.

–¿Qué hacemos? –Simon carga a Magnus y lo envuelve en su playera.

Comienza a mecerlo y parece agradarle. 

–Vamos al Instituto, ahí pensaremos en algo.

Todos asienten a mis palabras y salimos de la bodega. >Hubiera preferido que se perdieran en medio de la selva a tener que cuidarlos.<

.

~Nueva York (Instituto)~

Isabelle aún sostiene a su hermano "mayor" y ahora Clary carga a Magnus que parece querer quedarse entre sus pechos para siempre. >Ya somos dos, amigo.<
Entramos a la biblioteca y las chicas toman asiento meciendo a los bebés.

–Simon, llama a Catarina y dile que venga –ordena Isabelle–. Y tú, –me señala– te toca informar a nuestros padres.

–¿Yo? ¡Pero es tu hermano!

–Y tu parabatai.

Ruedo los ojos y me dirijo al escritorio justo cuando Simon cuelga.

–Está en camino.

Tomo el teléfono y marco. >No contestes, no contestes...< Contesta.

–¿Bueno? –pregunta Rober con algo de sueño.

–Robert, soy Jace.

–Hola, Jace ¿pasó algo?

–De hecho...

–¿Qué pasa? –se escucha alarmado y eso me pone más nervioso.

–Es... se trata de Alec.

–¿Qué le pasó a Alexander? ¿Lo atacaron? ¿Está inconsciente?

>Sí y sí. Pero primero lo primero.<

–Escucha Robert, atendimos la llamada del brujo que venía de Barcelona –él asiente en la línea y yo continúo–. Atacó a Magnus y Alec, y ahora ellos son... Son bebés.

—¿Bebés?

–Sí y necesitamos que tú y Maryse regresen de inmediato. ¿Podrían?

La línea se queda en silencio y pienso que ha colgado, hasta que se escuchan unos gritos histéricos al fondo. De Maryse sin duda.

–¡¿Un bebé?! . ¡¿A qué carajo te refieres con eso?! . ¡Regresa aquí, Robert Lightwood!

La llamada termina.

–Parece que ya vienen.

Nos quedamos en el salón sin que nadie haga un ruido, salvo por los pequeños quejidos de Magnus, todo permanece en silencio. De pronto un olor me desconcierta. ¡Apesta!

–Agh, ¿qué es eso? –tapo mi nariz y Simon hace lo mismo.

Las chicas huelen a sus paquetes.

–No es mío.

–¡Alec! –Isabelle sostiene a su hermano lo más alejado posible.

Por primera vez, Alec abre los ojos y llora. >Esto está tan mal.<

–¡Cámbienlo!

–O tíralo por la ventana –mi sugerencia me parece mejor que la de Simon.

–No tenemos pañales, idiotas –nos reclaman las chicas al unísono.

No puedo culparlas, ellas no desearon que esto pasara. La puerta se abre y entra una enfermera con piel azul. Catarina se acerca unos pasos antes de retrocede tapando su nariz.

–¿Qué es eso? –pregunta con una voz chistosa a causa de que mantiene su nariz tapada.

–"Eso", es mi hermano –responde Isabelle disgustada.

Aún mantiene al pequeño y llorón Alec lejos de ella.

–¿Podrías ayudarnos? –le pido–. Abre la ventana y no lo atrapes.

–¡Jace!

Malec ¿otra vez? Where stories live. Discover now