Capítulo 25

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Alek soltó a Valentia— Debo hablar con ella

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Alek soltó a Valentia— Debo hablar con ella.

Ella asintió— Está bien. Ve —Se alejó y fue junto a Ethan.

Alek se acercó a Marjorie y Marc— ¿Me permites unos minutos con ella?

—Claro —Dijo y antes de irse le dió un apretón en el hombro como símbolo de apoyo.

—¿Me acompañas? —Señaló la salida a lo que ella asintió.

Valentia dió un último vistazo antes de que ellos se perdieran de su vista.

—Marjorie, primero quiero decirte que si quieres golpearme, gritarme o lo que sea... no te detendré. Todo me lo merezco.

Marjorie bajó la mirada— ¿Cuál fue mi error?

—No no, ninguno. Tú no eres culpable de nada.

—¿Entonces? No comprendo —Volvió a subir la mirada— Te dediqué 2 años de mi vida —Su voz se quebró— ¿Sabes lo díficil que fue para mi verte pérdido en el recuerdo de tu antiguo amor? Siempre que podías veías esas fotos. Nunca me dejaste entrar a ese cuarto que resultó ser de ella —Alek cerró los ojos— Me hacías el amor y no te sentía ni un poco cerca, pero me convencía a mí misma de que no era así. Puedo contar con los dedos de mis manos las veces que me tocaste —Comenzó a llorar— Y no me molesta eso, me molesta que me hayas tocado mientras pensabas en otra mujer.

—No —Negó— Yo te respeté todo el tiempo.

—Me puse un anillo sin haber escuchado te amo ni una sola vez —Se hizo un silencio. Ambos tenían lágrimas— Respeté tu espacio al no querer hablarme de nada. Confíe en tus palbras cuando te dije que era muy pronto para casarnos. No hice más preguntas respecto a ella aún cuando todos se comportaban raro. No te puse un alto cuando desapareciste y mi abuela enfermó... cuando casi te rogué que vinieras a mi lado —Cubrió su cara y finalmente le dió un golpe en el pecho— ¡Eso me molesta! Marc y tú sabían lo de la niña y nadie fue capaz de decirme.

—Escucha. Sé que soy el peor hombre de tu vida, pero te juro que nada de esto fue algo en contra tuya, jamás creí que ella volvería y mucho menos que tenía una hija mía —Dijo rápidamente— Yo iba a tener una vida contigo, me esforzaba...

—Ese es el problema —Lo interrupió— Ambos nos forzamos a sentir algo falso. Ambos somos culpables. Solo que ojalá me hubieras dicho lo que pasaba.

—Desde ahora no habrá más errores. Marj, ambos sabemos que mereces algo mejor, ambos sabemos que tu no me amas.

—Es cierto —Limpió sus lágrimas— Pero al menos merecía respeto.

—Por favor, de rodillas si quieres, perdoname. Solo yo soy el culpable y creeme que no me enorgullece haber lastimado a una mujer maravillosa, cuyo único error fue fijarse en mí.

—Por supuesto no nos casaremos —Miró a la mansión con tristeza— Tú serás feliz con la mujer que amas y tu hija, mientras yo... dejaré esta mansión y estaré sola buscando mi camino.

Entre nosotros: Eres míaWhere stories live. Discover now