LIBRO II
El tiempo cura las heridas.
Valentia tomó un decisión por amor a Alek hace 3 años, un decisión que dolió y los marcó a ambos.
Alek continuó con su vida y se comprometió con Marjorie de Lundenberg, sin saber que el gran amor de su vida volv...
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Valentia había pedido un taxi y volvió a su departamento por la madrugada. Una grúa se llevó a su camioneta directo al mecánico.
Alek por su parte estaba en el cementerio junto a la tumba de su madre. Arrancaba pasto y lo observaba. Sus pensamientos eran completamente acerca de Valentia. Lo había dejado para protegerlo de su propia abuela. Que mierda de familia.
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—Aún no vuelve Alek —Dijo Marjorie— Creí que estaría aquí para recibirme. Estoy a nada de ir a donde creo que está.
—No debe tardar —Dijo Cassandra.
Aron se levantó y fue a la cocina— Señor Rosén ¿en qué le puedo ayudar? —Dijo Eris.
—¿Alguna de ustedes sabe dónde está Alek?
Daisy bajó la mirada— No sé dónde está, pero sé lo que pasó.
—¿Qué sucedió?
—Valentia estuvo aquí —La cara de Aron cambió. No se esperaba eso— Pasaron un momento agradable y luego ella habló con su hijo. Supongo que le contó el motivo por el que se fue hace 3 años. El problema es que Alek simplemente se salió en la madrugada y no lo he vuelto a ver.
En la sala se comenzaron a escuchar más voces— Gracias Daisy —Aron salió y se dirigió a la sala.
—Que alegría verla detective —Dijo Marjorie.
—Solo vine a entregarles estos papeles. Ya no estaré más en la mansión, mis servicios han concluido y continuaré en mi oficina. Tienen mi número por si necesitan algo. Vamos por buen camino, tenemos lista de sospechosos y créanme que no descansaré hasta resolver esto.
—Gracias. Ha sido de mucha ayuda —Dijo Cassandra.
—Espero estén bien. Con permiso —Dijo y se retiró no sin antes pasar a lado de Aron.
—Valentia —La llamó y detuvo su andar— Necesito hablar contigo —Con la mano le señaló un lugar más lejano.
—¿Qué sucede señor?
—Supe que anoche estuviste aquí. Neceisto saber que le dijiste a Alek.
—¿Dónde está?
—No lo sabemos, no ha vuelto. Es por eso que quiero saber que le dijiste.
Valentia suspiró— Le conté toda la verdad. Le dije que desde el inicio yo era una detective y no una sirvienta. Le conté la verdadera razón por la que me fuí —Bajó la mirada— Quería contarle más pero salió muy desconcertado.
