Capítulo 6

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Valentia llegaba a la mansión, era momento de comenzar con las preguntas acerca del posible asesinato

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Valentia llegaba a la mansión, era momento de comenzar con las preguntas acerca del posible asesinato.

Subía las escaleras y entró a la mansión después de abandonar su camioneta. Caminó hasta la sala donde estaba su equipo trabajando— Buenos días —Saludó amable.

—Hasta que llegas, bella durmiente —Dijo Ethan.

—¿Bella durmiente? Pero si llegué puntual.

—Lo sé, solo no quería perder la oportunidad de llamarte bella —Valentia rió.

—Y yo no quería perder la oportunidad de preguntarle a qué hora iniciaría su cuestionario —Apareció Alek provocando un susto de ella. Alek miraba a Ethan de una manera extraña.

—Le dije que a las 9 comenzaría con usted.

—Bien, espero sea rápido porque tengo asuntos en la oficina.

—Tomará el tiempo que sea necesario.

—La espero en mi oficina entonces.

—A sus ordenes —Dijo con sarcasmo mientras lo fulminaba con la mirada. Alek sonrió fingidamente y se fue— Sí sigue con esa actitud lo voy a golpear.

—¿Sabes por qué te trata así?

—Porque piensa que lo abandoné, ya lo sé Ethan.

—¿Qué esperas para decirle?

—Un momento adecuado. Ahora tengo trabajo. Debo terminar este caso lo antes posible y dado a que casi no hay evidencia, lo veo lejano.

—Debes decirle. Son cosas que no le puedes ocultar. Además tampoco tiene el derecho de tratarte así. No sabe que se sacó la lotería al tenerte.

—Él no me tiene.

—Pero tu corazón le pertenece. Sinceramente lo veo y no entiendo como acabaste en esa situación.

—Bien, iniciaré con las interrogaciones —Tomó su libreta tratando de cambiar de tema y se fue a la oficina.

Entró sin tocar si estaba Alek detrás del escritorio— Si claro, adelante.

—En realidad yo voy ahí. Usted tiene que estar frente a mí.

—¿Perdón? ¿Acaso piensas que te dejaré sentarte aquí?

—Alek, te estoy pidiendo por las buenas que me des permiso. No querrás que me enoje —Puso sus manos encima del escritorio y le lanzó una mirada desafiante. Aunque Alek permaneció inmóvil, por dentro moría al ver esos ojos verdes que tanto amaba cerca de él.

—Bien, adelante —Se levantó— Pero lo hago solo porque tengo prisa.

—Actitud sospechosa —Bromeó.

—Si claro.

—Bueno, comencemos —Sacó una grabadora y su laptop— Interrogación número uno: Aleksei Rosén Beckinsale —Lo miró— ¿Qué hacía la noche de la muerte de Catalina Rosén?

Entre nosotros: Eres míaWhere stories live. Discover now