Capítulo 29: ¿Puedes oír cuando te llamo?

Start from the beginning
                                    

El oficial Lewis se pone rojo de coraje, vergüenza, o lo que sea.

—Dense prisa.—insisto.

Le tiende una carpeta a Liam para pegarla sobre su pecho con un fuerte golpe.

—Entonces hazlo tú, ya que eres tan listo. Patrullarás toda la semana entrante, Wright.

—No se preocupe, señor. Amo hacer mi trabajo y eso es parte de él —responde con tranquilidad sosteniendo la carpeta, en cuanto Lewis se va, voltea hacia su hermana—. Odio patrullar.

Nos señala una clase de oficina en la que nos pide que nos adentremos. Madison decide quedarse afuera para no estorbar, pues ella no sabe nada porque no vio ni siquiera lo que pasó ayer. Además de que quiere dejar que su hermano haga bien su trabajo.

La oficina no es muy grande, solo tiene dos sillas y agradezco que Peter me deje sentarme a mí, pues comenzaba a sentirme muy cansado. Sobre el escritorio hay tazas de café, carpetas y un letrero que dice: DETECTIVE SANDERS.

—Buenas noches, soy el oficial Wright. Considero necesario aclarar que solo estaré a cargo de levantar el reporte de su hija, no tengo el rango para llevar a cabo su búsqueda.

Asentimos recibiendo la información y él abre la carpeta después de encender el computador.

Todo esto se siente sumamente irreal, incluso temo que en realidad todavía no he despertado de mi cirugía. Quiero tenderme en el piso y llorar, pero eso no sería para nada útil.

No importa lo que suceda ahora, solo necesito saber que ella está bien.

Volteo insistentemente a la puerta, como si de repente ella fuera a entrar con su brillante sonrisa para reír y asegurarnos que no paso nada.

—¿Puede proporcionarme el nombre y edad de su hija, por favor?

—Phoebe Blanchard. Tiene solo 18 años.—dice Peter con la voz enronquecida.

Liam asiente sin dejar de escribir algo en la hoja que tiene sobre el escritorio. Procede a hacer más preguntas sobre Phoebe.

April se encarga de dar los detalles médicos, le dice que tiene VIH, su tipo de sangre y esas cosas mientras las lágrimas no paran de escurrirle por el rostro.

De la descripción física me encargo yo, al hacerlo un nudo se forma en mi garganta y solo noto que también estoy llorando cuando Liam me tiende un pañuelo.

—¿Hay algún comportamiento extraño que Phoebe haya tenido en los últimos días que les haga creer que ella haya estado en problemas?

—Puedo darte el número de su psicóloga, la vio hace unos días, aunque no creo. Mi hija es alguien amable —solloza April—. Ella no suele meterse en problemas.

Liam ya nos ha extendido la caja de pañuelos a todos. Espera pacientemente mientras revisa algo en la computadora para agilizar el proceso.

—Se lo agradecería —acepta pasándole una hoja y lapicero que toma enseguida—. ¿Algo más?

—Ya debes saber de la pelea de ayer.—murmuro sorbiendo la nariz.

Ayer...

Es raro e increíble pensar que ayer en la mañana Phoebe y yo lo teníamos todo y ahora parece que nos quedamos en la nada.

—Sí, Maddie me contó. Sin embargo, necesito que me des el papel de Phoebe en todo eso para el reporte oficial.

Asiento y tomo aire. Peter estaba inclinado a un lado de April abrazándola, pero se pone de pie para colocar su mano sobre mi hombro en señal de apoyo.

¿Y nuestro final feliz?Where stories live. Discover now