Capítulo 26: Eres tú, cariño.

Bắt đầu từ đầu
                                    

—¿Recuerdas que no puedo pagarme la universidad porque le di mi dinero a Sophie?

Me mira con los ojos entrecerrados, asintiendo con cautela.

—Sí, lo sé y no lo olvido. Creí que tu madre ya te había dicho que te repondremos todo apenas se recupere Sophie.

Quizá debí elegir otro momento, tuvo una corrida de toros el fin de semana pasada y todavía no se le baja la euforia que estás le producen.

Pero los compradores vienen mañana.

—Lo sé y está bien, en verdad ni siquiera tienen que pagarme nada. Pero conseguí el dinero en otra parte.

—Holden, más te vale decirme que no te has metido en malos pasos, porque como tu mamá se entere se volverá loca conmigo por convencerla de que te vayas a Portland.

—¡No! —me apresuro a aclarar e inhalo profundo—. Decidí vender la mitad de las tierras que me dejo mi abuelo. 

Su cara pasa de la preocupación a confusión en menos de un segundo.

—La parte que le prestabas el chico este... El que viene de vez en cuando a visitar a tu hermana...

—Malcom.

—Sí ese. Es una pena por él, pero no te preocupes, de todos modos sigue siendo mi capataz.—desestima rápidamente.

Mierda, lo ha malinterpretado.

Entiendo que piense que es esa parte la que venderé. El rancho no es precisamente rectangular, sino más bien abstracto. La mitad que Malcom usa da directamente hacia el campo que es propiedad pública. La otra parte que le presté a Tayler da hacia el río, establos y, aunque muy retirado, la casa.

Sí, venderé la parte de Malcom.

Es lo más lógico.

Sin embargo, sé que Malcom quiere comprarse su propio terreno para agrandar su casa y criar sus propios animales. Es lo que ha soñado desde que éramos niños. Las ganancias que saca de las cosechas que él solo se dedica a cultivar, son sus ahorros directos para cumplir ese sueño.

Sin importar hasta qué grado hemos recuperado nuestra amistad, yo sería incapaz de arrebatarle de esa manera sus anhelos.

Tendrá que trabajar doble esta primavera, pero aceptó sin problema. Va a limpiar la mitad que le presté a Tayler —está tan abandonada que necesita mucha limpieza, cortar de raíz las plantas no deseadas y muchas cosas más para que la tierra sea fértil— y es ahí donde continuará sus cosechas.

—Sí, venderé la mitad que usa Malcom, pero porque él comenzará a usar las que te presté a ti.

Lo dije lento y con cautela, atento a cada uno de sus movimientos. Noto como tensa la maníbula y su agarre sobre el reposabrazos de la silla se tensa tanto que los nudillos se le ponen blancos.

—Sé que últimamente hemos tenido nuestras discusiones, Holden. No obstante, creí que tu familia seguía siendo lo más importante.

—Y lo es. Estaba dispuesto a abandonar mi sueño universitario de estudiar en Georgia para apoyar a esta familia. Sin importar que tan cansado o cuantos deberes tenga, vengo cada fin de semana a verlos... Yo lo daría todo por ustedes. También por ti, Tayler.

Phoebe y mi familia son lo único que tengo en la vida. Pero también mis amigos importan y no veo en que manera le afecta que Malcom use unas tierras que él solo plantó una vez.

—¿Entonces por qué pones a ese muchacho sobre mí, la persona que te educó?

Procedo a explicarle con calma y detalle cada uno de mis motivos para tomar mi decisión, me escucha atento y en silencio.

¿Y nuestro final feliz?Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ