Dix

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Y ahí estaba, sobre el frío regazo de Jeon, tratando de al menos arreglar el desastre que creé.

Aunque una parte de mí decía que no era para nada mí responsabilidad, es decir... ¿Quién lleva a alguien a su castillo  y después se siente mal?.

Uh, vampiros. Son un poco más insoportables que los de crepúsculo. Y muy diferentes a ellos, creo que la farándula me mintió todos estos años.

— Jeon... — mí mentón estaba sobre la curvatura de su cuello, mientras movía mis pies que quedaban flotando del otro lado del pequeño sillón plano.

— ¿Si?, luna. — Respondió aquel inclinándose un poco atrás para mirarme.

¿Luna? Nada mal. Este chico tiene mucha imaginación.

— Tengo hambre. Mí estómago está pidiendo a gritos un buen estofado con pasta. — solté el aire atorado en mis pulmones —. Pero, a su vez, tengo mucho sueño, demasiado estrés para... Las horas, días, ya no recuerdo bien. — agregué.

El estrés me había dado sueño, muchas cosas en tan poco tiempo.

Lo único que sentí es como aquel chico de 1.90 se levantaba, el suelo se veía tan lejano para mí. Tomó mis muslos con sus grandes y largas manos, para tomarme bien entre su cintura.

— Puedes cerrar tus ojos un momento en lo que pedimos que alguien se encargué de pedir eso de comer. Oh, espera. ¿Te bajo? ¿Esto te hace sentir incómodo? — Me miró rápidamente.

— ¿Oh?, no. No te preocupes — susurré avergonzado — Hum... Pero ustedes no comen, ¿o sí?. —

«¿Desperdiciar la comida solo por una persona?». Pensé

— Estás en lo correcto, como antes dije solo nos alimentamos de sangre de cazadores y animales — Tomó aire —. Sin embargo, no podemos dejarte morir de hambre... ¿O prefieres tomar sangre?. — dijo en clara burla.

Negué rápidamente con mí cabeza, al menos si me quedaba aquí lo mejor sería alejarme de la sangre.

Vi a aquel suspirar.

— Tae. Yo sé que no me conoces de nada, hasta llega a sorprenderme que dejes que te toque o te cargue. Pero mí amor no se compara con ninguno, si te pudiera explicar yo... — no dejaba de mirarme a los ojos, hasta podía diferenciar entre el color dorado y rojo en estos.

Más le interrumpí, no soy del tipo romántico y realmente moría de hambre. Más bien, le interrumpió el ruido de mí estómago pidiendo piedad.

— Muy bien, después tendré tiempo de contarlo. Vamos, te compraré todo lo que quieras. — Soltó una pequeña risa,  caminando a la salida de la habitación.

Si iba a tener comodidades lo disfrutaría.

— Santo Dios, entonces quiero: un helado, un asado, una ensalada... Pero sin fruta, no me agrada mucho la fruta. También unas donitas del centro, valen a dos pesos, no creo que te cueste mucho encontrarlas... Solo busca un olor peculiar a grasa. — Terminé de decir, claramente no me iban a dar todo eso, pero si Jeon me veía caprichoso seguramente le cansaría.

— Lo que diga la luz de mí noche. — Me respondió

Oh, grave error pensar eso...

Jeon había mandado a uno de sus ayudantes por todo, el pobre regreso un poco cansado y probablemente bajo un poco de peso de no poder volar.

— Te agradezco mucho Lix, tomate la semana libre, lo siento mucho por los pedidos. Yo terminaré tú trabajo — Respondió del otro lado de la gran mesa.

«Joder... Voy a explotar».

— Tae, come todo lo que puedas. Comer bien es importante. — una suave sonrisa se hizo ver, alejada de mí asiento

Desgraciado, ¿Pensaba que me iba a acabar absolutamente todo lo que pedí?. Por qué sí, me trajo absolutamente todo

Parecía un Esposo mimado. ¿Esposo? Hum, no; yo creo que él solo tiene una obsesión conmigo. Pronto se le pasará.

Mientras, debía disfrutar lo más que podía. Eso hasta tomar una decisión entre el mundo humano y los vampiros sacados de un juego ambientado en la época vampiresa del renacimiento.

— Jeon... No sabía que hablabas en serio con darme todo. — contesté nervioso.

Aquel solo se levantó de su mesa llevando su copa de vino tinto con él. Genial, otro alcohólico, ojalá poderle romper la botella en la cabeza y prohibir todo el alcohol del mundo.

— Oh, Tae. Yo podría hacer todo por tí, soy de los hombres... vampiros, más bien, que cumplen sus palabras. — se puso detrás de mí asiento deslizando una de sus frías manos en mí cuello.

Me estremecí ante el frío y suave tacto del otro, podría jurar que mí piel se erizó de una manera impresionante. Acercó su rostro a mí cuello, tomando una gran respiración ante este y soltando el aire en un gemido sonriente.

Ahora yo me preguntaba, ¿por qué carajos no te mueves, Taehyung?. Si tomaba el porta velas se la podría lanzar en la cabeza, fácilmente y sin problemas.

Y cuando sentí sus labios rozar la curvatura de mí cuello mis sentidos se agudizaron y me voltee rapidamente asustado. Mis hormonas estaban tomando mí ser, después de todo era un joven gay que había salido del closet hace años. Y con un atractivo que era sentir dos colmillos rozar mí cuello, la situación no se veía mejor.

Me humille más, cuando aquel tomo una pieza de pollo de una caja, separando su rostro de mí cuello.

— ¿Qué pasa?. Se ve bueno, supongo que no sabe tan mal y no creo que me pase nada malo — sonrió, esa mirada tan inocente. Estaba seguro que lo hizo a propósito.

Mis manos se apretaban por debajo del grande mantel.

— Ah, si claro. — aclaré mí garganta

Ojalá los pollos desaparecieran.

Ojalá yo desapareciera. Bueno... Después de comer, claro.
Hace mucho qué no saboreó una comida que no tuviera tres tipos diferentes de sopa instantánea.

Mí sonrojo era evidente, por lo cuál, Jeon soltó una risa.

— ¿Que me ves, idiota?. Conoce tus límites, si te acercas así de nuevo, te rompo la porta velas en la cara. — sentencie empezando a comer rápidamente, de coraje. Debía quitar eso de abajo rápidamente.

— Nada, Tae. Nada. — dijo en un suspiro.

«Si claro, nada».

Vampire Crown ⊰⊹ฺ (KookTae AU)Where stories live. Discover now