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Kim Taehyung, alumno de universidad promedio. Él no se veía hace unos años estudiando contabilidad como su padre lo demandaba.

Le encantaba el arte, la pintura en sus manos y su ropa manchada de la misma. Odiaba las cuentas, pero aquel hombre amenazaba con querer que su hijo cumpla su sueño frustrado.

Odiaba a su padre, jamás lo negaría. Aquel bastardo había hecho que su madre muriera por las atrocidades que él le hacía, por como perturbaba hasta con su sola presencia.

Eso sería algo que Taehyung jamás olvidaría.

Pero, ¿como podría escapar de él?. Ese idiota era líder de una de las mafias más grandes del país, y aún así nunca les pudo dar a él y a su madre una vida digna para no generar sospechas.

Aquella vanidosa universidad era lo último que quería ver, con toda esa gente clasista que lo hacía sentir menos, aquellos mocosos adinerados que creían tener poder sobre todo a su vista. Ni siquiera podría regresarles el golpe ya que estos saldrían llorando.

Toda esta gente está cegada por una realidad que les forma el sistema, por algo qué los mantiene en una burbuja, en una situación cómoda.

No como el mundo real, aquel qué te pedía de todo para sobresalir; y aún así, sentir qué no es suficiente. Aquel, dónde las personas tenían qué trabajar día y noche por un sueño que solo se alimenta de la esperanza de ser libres algún día.

Pero así es el humano, y es algo que Taehyung jamás podría llegar a comprender.

Quería escapar de casa, pero conociendo a su padre este me encontraría aunque le cueste la vida entera, él decía que su parecido con su madre era impresionante y que cuando Taehyung se desarrollo era como tenerla en casa. Desagradable, asqueroso, no podría escuchar algo tan horrendo en su vida.

Taehyung jamás se casaría con nadie, ni siquiera pensaría en tener pareja. A este punto no sabe sí es por su sexualidad, o por el trauma qué pasó en su niñez.

Pero tenía una cosa muy fuerte qué lo mantenía vivo, esperanza.

🕯️🦇ノ⁠*⁠.⁠✧

Llegaría tarde de nuevo a clases, aquella bendita clase la cuál no podía pasar. Que las matemáticas no eran para mí, definitivamente.

Y aunque se me dieran en mí arte, sentarme a estudiarlas por horas no era lo que yo pensaba para mí vida. Yo debería estár pintando, no aquí.

- Señor Taehyung, llega tarde - suspiró la mujer frente a él -. De nuevo.

- Lo lamento maestra, tuve un contratiempo y yo... - Me apresuré a responder para no generar más problemas

- Este jóvenes, es el mismo ejemplo de gente fracasada que nunca llegará a nada, no hay espacio aquí para estúpidos como usted señor Taehyung - apuntó su regla hacía mí -. Si no se van a preocupar por un día gobernar este país o al mundo entero, no se molesten en venir a hacerse los tontos. Solo la gente mediocre no tiene disciplina. -

Creí que tendría un día totalmente pacífico, hasta que veía la cara de aquella maestra frente a mí. Siempre buscando problemas, siempre buscando qué criticar por qué lo último que podía era criticarse a ella misma.

En un arranque estúpido de enojo, tome mí café y lo último que recuerdo de mí hábil movimiento fue que ese mismo cayó directamente en su pulcra camisa blanca

Gritos y gritos sonaban, junto a murmullos y más gritos.

- Por eso siempre tiene menos de la mitad de alumnos, maestra. Si piensa que enseñar es sinónimo de hacer líderes bastardos qué no se preocupan por su pueblo, entonces ni siquiera sé cómo logró pasar la carrera de maestra. - susurré

Y tomé un valor de dónde no sabía, para salir corriendo de ahí en cuanto una bola de chicos ya tenían una excusa con la cuál patear mí trasero.

De nuevo. Digamos qué el ser diferente en una escuela de ricos, te condena a ser el corderito que persiguen los lobos. Odio aquí.

Para después correr por mí vida una vez que atravesé aquella gran puerta del aula, me encontré con coordinadores confundidos al escuchar a los chicos

- ¡Cierren la maldita puerta!. - gritó uno de ellos.

Si lo hacían, oficialmente sería hombre muerto.

«Que mala idea, qué mala idea. ¿Por qué siempre estoy metido en líos? ». Me dijo mí cabeza, mientras mí cerebro se daba el tiempo de darme unos buenos martillazos mentales.

Logré salir por una esquina de las puertas antes de qué los coordinadores captarán la señal, solo me enfoqué en correr y no en aquellas palabras que estaban gritándome. La adrenalina era increíble como para detenerme en estos momentos.

Una mala vuelta y estaba muerto; y efectivamente, estaba muerto.

Di una vuelta en la esquina equivocada, había llegado a un callejón cerrado, y claramente no podría brincar ni de broma.

- Tengo ganas de darte la paliza de tú vida desde que llegaste al campus, jodido de mierda. - sonrió uno de los chicos

- Por favor Dee, ¿tú madre te pegaba de niño?. - respondí con burla

No cabe duda qué, aunque me estén dando la mejor paliza de mí vida, jamás me arrepentiría de burlarme hasta el último momento de mí vida de aquellos tontos.

O tal vez, el tonto en realidad era yo. O el jodido... Bien, digamos qué todo lo malo se centra en mí vida al menos en estos momentos.

No, en realidad siempre; pero la esperanza me mantiene de pie. Ni siquiera sé cómo a este punto.

« Que cansado estoy ».

Vampire Crown ⊰⊹ฺ (KookTae AU)Where stories live. Discover now