'...... No lo sé'.
¿Cómo no podía saber lo que el Emperador estaba pensando?
Aria se lo contó a Lloyd. A través del artefacto del anillo de bodas con el que sólo ellos dos pueden hablar.
- Ten cuidado. No estoy segura exactamente, pero creo que está intentando usar algún tipo de magia con Lloyd.
Ella no sabía que este anillo de bodas podría ser usado en una situación así.
Aparentemente, Lloyd fue previsor.
- ¿Qué? ¿Magia?
- Es una habitación con magia de amplificación.
Entonces Lloyd la miró como si, ¿cómo demonios lo sabía? Aria le preguntó si eso importaba ahora, y se encogió de hombros sin darse cuenta.
- Ya te lo contaré más tarde.
Esta vez, parecía que no quería pasarlo por alto. Obviamente, era una especie de secreto imperial.
Aria asintió con la cabeza.
Entonces Lloyd añadió una palabra más, para asegurarse de que estaba preocupada por nada.
- No te estoy culpando.
Estabas preocupada.
No lo dijo con palabras reales, pero pareció escucharlo.
'Fue una elección que hice para no preocuparme Lloyd, pero me hizo preocuparme'.
Aria no tuvo más remedio que mirar fijamente a Lloyd.
Y, pensó para sí misma. Se preguntó si tenía que volver a contar la historia del futuro hasta cierto punto, ocultando sólo algunas verdades fatales.
- De todos modos, es muy probable que se trate de magia de manipulación mental. Es bastante conocido que la debilidad de Valentine es esa.
Aria envió su mensaje con severidad.
Fue porque se dio cuenta demasiado tarde de que si un Valentine era manipulado mentalmente, incluso ellos podrían estar indefensos. ¿No eran realmente vulnerables a la locura?
"Ja".
Entonces, mientras Lloyd miraba a Aria, dejó escapar un suspiro, ya fuera una risa o un suspiro. Y murmuró un poco como al pasar.
"Qué bonito".
Cu....... Ella escuchó palabras que no debían ser escuchadas.
No, ¿lo decía en una situación como ésta? Su cara no tenía más remedio que quemarse en esta situación extrema.
- No sé cuál es el truco, pero no tienes que saberlo.
Diciendo esto, Lloyd se levantó de su asiento una vez.
Huh.
Aria, que tenía las manos cubriendo sus mejillas sonrojadas, estaba desconcertada.
"¿Por qué, por qué te levantas de repente? La comida aún no ha salido".
Incluso el Emperador tartamudeó como si estuviera desconcertado.
"Voy a volver".
"¿Qué? No, ¡por qué!"
"No me siento bien".
"¿Qué?"
El Emperador pareció dudar de sus oídos porque Lloyd puso una razón realmente absurda.
