Capítulo 13.

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Corrí rápidamente al pasillo a pedir ayuda. No por que quisiera que volviera a dormirse, sino para ver si Sandra estaba bien. Es lógico.

- ¡Un médico, ha despertado!- Grité en el mostrador de la planta. Automáticamente dos enfermeras dejaron las carpetas en el mostrador y corrieron hacia la habitación, yo detrás de ellas. No pude evitar ponerme a llorar, no sabía si por la emoción de que por fin había despertado o simplemente era la tensión acumulada y el agobio que necesitaban salir de mi cuerpo.

Las enfermeras se metieron en la habitación y las dejé hacer su trabajo, me senté en el suelo al lado de la puerta y metí la cabeza entre las rodillas. 'Por favor, que esté bien, por favor...'. Al de unos minutos las enfermeras salieron, como si nada. Una se agachó a mi altura.

- Puedes entrar, esta bien. ahora llamaremos a sus familiares para informarles.-me guiñó el ojo con una sonrisa y se levantó.

Me incorporé rápidamente, ni me acordaba que estaba débil, entré en la habitación y vi a Sandra tumbada en la camilla un poco incorporada, tenía una cara de cansancio extremo. Le habían quitado los tubos de respiración artificial, pero seguía con vías de suero.

Me acerqué a la cama, puse una silla a su lado y me senté.

- Buenos días...-decía casi sin fuerza. -Menudo sueñecito has echado ¿Eh?-le dije intentando animarla. Me miró y sonrió. -Descansa, no me muevo de aquí. las enfermeras van a llamar a tu madre, hablaré con ella.-me quedé con Sandra hasta que se durmió, opté por echarme un poco yo tambien. Cuando desperté fui a mi habitación a coger un libro que me habían traído mis padres, bueno mi padre. Al volver, estaba la madre de Sandra hablando con ella, por lo que me quedé fuera, en el pasillo, esperando a que hablaran. Me senté en el pasillo como anteriormente había hecho, abrí el libro y empecé a leer.

- La chiquita esta que estaba contigo en el coche... Te aprecia mucho, ha estado junto a ti estos últimos días, solo salía cuando las enfermeras se lo pedían. Mira hija, no sé que tipo de relación tienes con ella, pero adelante.


La madre de Sandra le estaba hablando así de mi a su hija, la mujer con la que me había acostado, estaba alucinando. Me levanté y llamé a la puerta:

- Hola, ¿Se...Se puede?- pregunté tímidamente cogiéndome las dos manos.

- Si claro, iré a la cafetería a tomar un café, os dejo un rato a solas- la madre se Sandra se levantó vino hacia la puerta y me dio un abrazo- cuida de mi niña- y se fue por la puerta.

Me acerqué a la camilla y me quedé mirando a Sandra, estaba preciosa, aún con vendajes y hematomas, seguía siendo la mujer más bella. Me sonrió y me incliné a besarle con suavidad, seguramente le dolerían hasta los labios. me senté en sus pies, en la camilla, y le cogí de la mano.

- ¿Que tal estás?

- Bueno, estoy, que es lo importante...un poco dolorida, pero supongo que es normal- tenía una voz ronca, cortada.

- Eres la que peor parte te has llevado...- le dije acariciándole la cara.

- Pero, ¿Que pasó? No recuerdo nada...- estaba confundida, yo tampoco lo recordaba.

- Las enfermeras y los médicos me han dicho que una furgoneta nos embistió por la izquierda, por tu lado. Es un milagro que no estés...- no terminé la frase y me puse a llorar.

- Ey, Alex, que estoy aqui, que estoy bien, estamos juntas en esto ¿Vale?

- ¿Juntas?

- Juntas.

Alexandra.Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon