Capítulo Treinta y uno "Comienzo"

49 7 0
                                    

Las dos semanas pasaron y llegó la fecha de su nueva revisión, ahora sí pude acompañarla y eso me tenía más que feliz.

—Me da gusto ver que ya estás mejor Alexander—sonrió la doctora cuando llegó con nosotros.

—Gracias Janet—sonreí viéndola preparar todo lo que necesitaría.

—Bien, veamos cómo va todo aquí—le sonrió a Ren pasando el transductor por su vientre—, perfecto, todo avanza muy bien, yo creo que en la siguiente cita ya podremos saber qué es, claro, si se deja ver.

Ren me volteó a ver, con una sonrisa y sus hermosos ojos brillando de la emoción, besé el dorso de su mano, respondiendo su sonrisa y de nuevo volteamos hacia la pantalla.

—El punto rojo desapareció—continuó Janet—. ¿Has tenido molestias?

—No, ninguna.

—Bien—asintió—, pues ya estás perfecta—sonrió—, pueden volver a la intimidad, pero siendo un poco más cuidadosos.

—De acuerdo—sonreí, Renata se había sonrojado.

—Solo toma dos semanas más de descanso y ya podrás volver a tu trabajo.

—Está bien.

Fue una agradable coincidencia que su revisión fuera en mi día de descanso, bastante conveniente para ambos.

— ¿Quieres comer en algún lugar en específico?

— ¿Qué tal el restaurante Thai que está frente al edificio? Ya sabes, por si el antojo repentino aparece, estaremos cerca.

—Bien—asentí riendo—, vamos entonces.

Ahora que sabíamos que todo estaba en perfecto estado se veía mucho más tranquila, y yo también lo estaba, no imaginaba el enorme susto que se llevó al ver que sangraba, sumada a su preocupación por mí, todo lo que pudo haber ocasionado Tania en su arranque de locura, estaría mejor encerrada en ese centro de rehabilitación, y nosotros también lo estaríamos, lejos de ella.

Sabiendo entonces que ya no había ningún riesgo no dejamos pasar más tiempo. Sandra no estaba, le había mandado un mensaje diciéndole que saldría a comer con un amigo, después al cine y de ahí a trabajar, teníamos bastante tiempo para nosotros. Y así fue, desde que pusimos un pie en el departamento.

—Solo te recuerdo que debes ser un poco más cuidadoso—me dijo cuando se acomodó sobre mí.

—Lo seré—reí hundiéndome en ella.

¡Dios! Cuánto había extrañado estar así, con su calor rodeándome, sus jadeos por cada movimiento, mi nombre dicho entre ellos, su mirada llena de fuego, su sensual sonrisa, amaba esto.

—Me hacía mucha falta esto—suspiró satisfecha recostándose a mi lado, recargando su cabeza en mi pecho.

—Y a mí—le di un beso en la frente—, fueron muchos días de antojo no saciado totalmente.

—Y aún no lo ha quedado—rio volteando a verme.

—Tenemos toda la tarde y toda la noche si quieres para hacerlo cariño.

—Y muchos días más—me dio un suave beso que de inmediato se encaminó a convertirse en uno apasionado y suficiente para reavivar el deseo.

El día del juicio de Tania llegó y ambos tuvimos que asistir para declarar. Tal como dijo Judy, fue declarada mentalmente inestable, con cuadros de trastorno antisocial de la personalidad, por lo que fue trasladada en ese mismo instante al Instituto Psiquiátrico de Nueva York, tiempo indefinido, dependería de su avance y el dictamen de su psiquiatra. Su madre estaba muy afectada, pero entendía que era necesario.

Delito de Amarte ©Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon