Babel [Bucky Barnes] EN FÍSICO

Capítulo 40

TW: Violencia

El tictac del reloj les hacía volverse locos conforme las manecillas continuaban avanzando. Sobre todo a Linda, quien no había dejado de dar vueltas en la sala desde hace una hora.

El celular de James no paraba de sonar, al punto en que éste lo apagó de golpe, echándose contra el sillón y sobándose la frente en un intento de menguar los pensamientos que cruzaban por su cabeza en aquel instante. Sin embargo, todo estaba colapsando dentro de su cabeza tal cual dominó derrumbándose tras el súbito empujón a la primera pieza.

Darcy preparó té para todos, incluso Linda, quien no había parado de juzgar con la mirada a su hermano. Posiblemente otro movimiento más de la manecilla pequeña del reloj y terminaría por correr en búsqueda de Steve. La tensión era palpable en el ambiente y la menor de los tres corría con la misma angustia que hacían los otros dos, sobre todo, después de que fuese James quien desplegó un equipo de búsqueda desde hace rato y las respuestas no habían sido obtenidas aún.

La castaña mayor se la pasa dando vueltas por la sala con los brazos cruzados y la mirada fija en la ventana, esperando el instante en que los guardaespaldas vinieran con algunas noticias, pero todo parecía indicar que la espera sería más larga de lo que habían planeado.

El repiqueteo de los tacones era ruidoso, haciendo que la pareja se pusiera aún más tensa de lo que ya estaba, como si todo el embrollo no fuese suficiente. En la cabeza del hombre una estrategia estaba surgiendo, pero le faltaban piezas para poder lograr complementarla del todo y el no poder comunicarse con Zemo solo complicaba las cosas. Se lleva el cabello hacia atrás, cogiendo una libreta donde comienza a escribir cosas que solo funcionaban y eran comprensibles a través de su mente.

—Ya está. Fue suficiente espera —De pronto, Linda desespera y camina hacia la entrada principal.

—No dejaré siquiera que te dé la luz del sol —La voz de su hermano se escucha y uno de los guaruras se coloca justo enfrente de ella, bloqueando su salida.

—Y ¿qué? ¿Planeas tenerme encerrada como Rapunzel toda la vida? —Enarca una ceja, chocando su tonalidad azulada contra la de su hermano.

—Lo haré si es necesario —responde el otro.

Darcy no podía tomar un bando en estos momentos. Se trataba de dos de las personas a las cuales les tenía un enorme cariño, por lo que ser equipo de alguno le haría ganar la enemistad del otro. Niega con la cabeza, hundiendo la mirada en la revista que tenía entre sus manos, buscando el diseño de algún vestido que fuera de su agrado, intentando despejar su cabeza al pensar en cómo habrían llevado a cabo el diseño del mismo.

Quieren discutir otro poco más, pero David cruza el umbral de pronto, acompañado de otros cuantos guardias más. Linda se apresura a colocarse frente a ellos con una expresión desesperada en su rostro, aunque en las facciones de los escoltas no se leía ni un poco de esperanza. James también se coloca de pie, esperando por las noticias que pronto vendrían a él.

—Señor, hicimos una revisión perimetral y esperamos a que los forenses se retiraran del área —Traga saliva duramente—. Se confirma la muerte de varios de los empleados, entre ellos varias de las empleadas de la casa —Siente las lágrimas asomarse por sus orbes, pero traga saliva en un intento de mantenerse estoico y firme frente a su jefe—. Entre ellas, la señora Sandra.

La noticia golpea a los dos hermanos, quienes abren los ojos de par en par. Linda dirige inmediatamente su mirada hacia el más alto, quien aprieta constantemente los puños de sus manos, moviendo la quijada con una tensión incomparable. No deja que su empleado termine de hablar, cuando sale disparado de la habitación en dirección a la puerta principal.