Capítulo 4

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TW: contenido sexual explícito



Las estocadas del mayor pronto cambiaron de lugar, permitiéndole turnar su desnuda anatomía sobre la ajena, montando de manera voraz su miembro. Escucha los gemidos escapar del pelinegro, quien permite sumisamente que la castaña tome el control de todo, dejando que ésta ate sus manos a la cabecera de la cama como solían acostumbrar.

Los gemidos son audibles por toda la habitación mientras sus movimientos continuaban. Sus uñas se clavan sobre el pecho níveo del hombre, inclinándose para besar sus labios con necesidad, ignorando el hecho de que su labial le había manchado casi la mitad del rostro desprolijamente. Sus besos colorados bajan por el pecho de él, marcando su territorio, arañando su piel ante el deleite de su polla entrando profundamente en su interior.

—¡Darcy, Dios! —exclama en una súplica al cielo, echando la cabeza hacia atrás y tragando duro. Mueve su pelvis hacia arriba, embistiendo con fuerza.

—¡Oh, cariño! ¡Mmm! —Sus caderas son sujetadas vehementemente, dejando que Loki buscara soporte en sus acciones—. ¡Aaah!

Algunos mechones castaños caen sobre su rostro, sonriendo a través de su malicia mientras observa al sujeto deshacerse debajo de ella, complacido por sus movimientos, sumiso a sus acciones. Araña parte de sus pectorales y su abdomen, cabalgando con más fuerza al ser consciente de la proximidad de Loki por llegar al orgasmo.

—¡Darcy! ¡Darcy! —jadea en búsqueda de su propio aliento, pero pierde el control por completo, dejándose inundar por el placer que la castaña le brindaba con la maestría en sus meneos.

Loki era uno de los tantos ricos que la llevaban a la cama. Se había convertido en su favorito después de los años compartidos en tantos encuentros entre las sábanas. A este punto, ambos conocían perfectamente lo que al otro le agradaba, por lo que follar era algo similar a la caminata necesaria del domingo por la mañana después de una semana tan agotadora.

O, al menos, así era para Collins.

Loki había encontrado una adicción a la que le era difícil renunciar, pero con la cual no quería sentar cabeza.

Sin más, el pelinegro terminar por correrse, llegando a su tan ansiado orgasmo en suspiros perceptibles, dejando que ella cayera a su lado, completamente agitada y ayudándole a deshacerse de las ligaduras a la cabeza de la cama. Se sonríen mutuamente antes de besarse. Los dedos de Loki viajan a la húmeda entrepierna de la joven, deslizando dos por su entrada, haciéndole soltar un suspiro, pero abriendo aún más sus piernas para él, permitiendo que le hiciera a su gusto.

Los gemidos escapan de sus dulces labios rellenos mientras éstos son besados por los ajenos. Laufeyson incrusta un tercer dedo, abrazándola por la cintura con su mano libre, brindándole el placer necesario que le permite removerse un poco entre sus brazos antes de escuchar el último gemido de su orgasmo. Sus fluidos humedecen sus largos y delgados dedos, los cuales lleva a su boca, degustando el exquisito sabor de su amante.

—Imbécil —ríe ella, dejando un último beso antes de envolverse entre las sábanas.

—Sigo siendo el único que te hace correrte —Encoge los hombros al imitar su acción.

—Es una mierda el hecho de que tendré que venir con menos frecuencia —comenta seguido de un suspiro, acomodándose el cabello en un moño alto.

—Eso de la boda es una mierda —Los labios finos del pelinegro se aprietan, colocando ambas manos detrás de su nuca.

—¡Oh, carajo! —Los orbes castaños se abren exageradamente—. ¿Qué hora es? —Su anatomía se gira sobre el colchón, directo a su móvil sobre la mesita de noche—. ¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda! —vocifera poniéndose de pie, colocándose la ropa con premura.

Babel [Bucky Barnes] EN FÍSICOWhere stories live. Discover now