Babel [Bucky Barnes] EN FÍSICO

Capítulo 27

TW: Violencia

Cerca de las cinco de la mañana, el joven de cabellera negra pasea en su baño con una bata apenas puesta. La sonrisa en su rostro denotaba la alegría que sentía de saber que en cualquier momento llegarían los hombres a quienes pagó para que trajeran su sorpresa esta noche. El agua se encontraba caliente mientras deja caer la prenda al suelo y sumerge su delgada anatomía en ella.

Der Hölle Rache suena en el fondo con la preciosa voz de Diana Damrau. La ópera siempre fue su fascinación, y esta pieza en específico tenía su atención completa. Se deleita en ella al disfrutar de su baño, sumergiéndose lo suficiente en la tina como para cubrir hasta su largo cuello. Estaba ansioso por el instante en que una Darcy asustadiza cruzara por la puerta de su entrada, completamente a su disposición y sin ninguna salida disponible.

Se sentía tan contento y feliz consigo mismo. Hoy sería una noche para celebrar, por lo que portaría sus mejores prendas con su mejor loción. La música continúa reproduciéndose. Su padre había salido de la ciudad, mientras que Thor decidió regresar a Europa para atender sus propios pendientes con Jane Foster, la chica que tantos años le había rechazado el anillo de matrimonio.

El timbre de la mansión suena, y la sonrisa se amplía en él al pensar que se trataba de su sorpresa.

En la parte baja, Matilda, la mayor de las empleadas de la casa, se acerca a paso lento hacia la pequeña bocina conectada con el intercomunicador exterior. La mujer coge el pequeño teléfono con la disposición de contestar con su característica sonrisa diminuta, la cual Loki siempre apreció con un amor maternal.

—¿Sí..? Di...

Ni siquiera termina de atender, cuando la señal es súbitamente cortada, provocando que saltara con extrañeza sobre su lugar.

Un fúnebre silencio llena el ambiente durante un par de segundos en los que solo los grillos eran audibles a la luz de la luna en conjunto del agua de las fuentes fluyendo a un ritmo atrayente, sincronizado con el viento que soplaba a esta hora. El clima de otoño era tan volátil como el carácter del sujeto que de pronto es iluminado por las luces de varios vehículos a sus espaldas. Todas eran camionetas modificadas de dos puertas en color oscuro y luces sobre el techo. Las llantas enormes provocaban que se alzaran sobre el suelo de forma imponente, alumbrando no solo la silueta de James, sino la de varios hombres armados.

Las Ford Raptor de pronto hacen rugir sus motores, una de ellas dándole la espalda a las demás, y es cuando el personal de seguridad de Loki se forma frente al gigantesco portón metálico de la entrada, preparando sus armas, listos para atacar en cualquier instante. James baja del capó donde se había montado, tocando el suelo con aquellas botas militares en color negro.

Su anatomía entera estaba cubierta de color oscuro, desde esos pantalones repletos de bolsillos, hasta la chaqueta de cuero y el chaleco que portaba debajo de la misma. Poseía media mascarilla negra, mientras que un par de goggles polarizados le recubría la vista. El cabello lo llevaba suelto de forma rebelde, y sus pasos fueron lentos hacia la entrada. Sujetaba una ametralladora ligera, y el andar era lento, acostumbrado al temor con su sola presencia.

—¡Esto es propiedad privada! —grita uno de los escoltas, elevando su simple arma—. ¡Les hago petición de irse de aquí!

Levantando el arma, James le atina dos disparos veloces, de inmediato recibiendo una respuesta devuelta por los otros guaruras, pero siendo derrocados con ayuda de sus acompañantes, los cuales también iban cubiertos de pies a cabeza. Le debería a Pierce otro favor, pero a estas alturas poco le interesaba.

Eleva sus dedos índice y medio al aire, siendo aún iluminado por las enormes camionetas que hacían bramar sus motores entre acelerones y las llantas levantando la tierra al rodar. Baja lentamente su mano, señalando al frente, y de pronto aquella camioneta que daba la espalda a las demás, precipita con fuerza, levantando un montón más de polvo, de pronto revelando la cuerda que anclaba el portón al vehículo.