Capítulo 25

4.8K 408 754
                                    

Su cumpleaños número veintiséis cambia radicalmente.

No se celebra en la mansión, como originalmente se había planeado, y Linda tiene que adecuar la decoración para un espacio más pequeño. Cuando inicia el festejo, esos ojos marrones buscan alrededor por la silueta del más alto, esperando que su regalo fuese una disculpa, pero no llega en la primera hora.

Tampoco en la tercera, que cantan Feliz Cumpleaños y ella sopla las velas. Desea volver a su vida anterior.

Ni la quinta, que rompen una piñata. James odiaba las piñatas.

La menor de los hermanos observa atenta sus gestos, sintiendo cierto pesar después de haber escuchado lo sucedido. Su hermano siempre fue un idiota, pero no reconocía el nivel de estupidez al que había llegado con hablarle de esa manera a la chica. Intentó reclamarle, pero el castaño se la pasaba encerrado en la oficina los últimos días.

Steve continuaba sin hablarle del todo, aunque el mayor logro de la semana había sido que le preguntara cuánta leche faltaba en el refrigerador. Parecía ser que su libra season se había amargado por completo, convirtiendo el final del día en una montaña de tristeza que le rebasó en cuanto se dio cuenta de que sus padres tampoco le enviaron una felicitación.

Sarah estuvo presente junto con Banner, y decidieron quedarse a pasar la noche también. El doctor toma el sillón, dejando que las hermanas se queden juntas como no habían hecho desde pequeñas. La blonda acaricia los largos cabellos oscuros de su hermana entre sus dedos, sintiendo su tristeza mientras lloriqueaba entre sus brazos. Quería decirles a sus padres lo mierda que se estaban comportando con ella sin que siquiera lo mereciera, pero la menor le pide no hacer de esto algo más grande.

—¿Crees... crees que si hubiera sido más como tú... ellos me hubieran amado? —cuestiona de pronto, aun hipando después de haber llorado durante un buen rato.

—Mamá me exigió lo mismo que a ti, Dar —murmura y le da un beso en la frente—. Solo que no fui tan valiente como tú.

Escucha atentamente la suave voz de su hermana sobre su oído, acurrucándose aún más entre sus brazos en búsqueda del apoyo que había dejado de sentir después de lo que sucedió con James y la zozobra que le invadía. Hunde su rostro en el pecho de la blonda, negando con la cabeza antes de separarse y mirarla fijamente con esos ojos hinchados.

—¿James tampoco te felicitó? —inquiere la mayor.

Automáticamente, un puchero se forma en sus labios, volviendo a mover la cabeza en negativa con los ojos acuosos. La otra coloca una mueca en su rostro, apachurrándola más fuerte contra su pecho en esa sólida necesidad que sentía por protegerla de todo lo que no pudo hacer cuando las dos eran más jóvenes.

—¿Por qué Wanda se fue tan temprano? —Intenta cambiar el tema.

—Está muy cansada. Con el embarazo, la pobre apenas ha podido con su trabajo y los malestares que siente —Sonríe tras recordar haber apoyado su mejilla contra esa barriga durante la cena.

—Debe ser hermoso —responde la otra.

—¿Qué? ¿Tener un bebé?

—Sí. Muchas veces he soñado con eso —La sonrisa ensoñada se amplía en sus labios.

—¿Banner no quiere tener uno?

Observa la forma en que los labios de Sarah se presionan en una fina línea tensa. A veces, Darcy olvidaba que ella también se había casado con un hombre al que no amaba, por lo que se arrepiente inmediatamente de su comentario, volviendo a abrazarla con suavidad.

—Es difícil saber si estoy empezando a quererle, o... solo me estoy acostumbrando.

Y es algo que sucedía también con ella. A estas alturas, la situación con James es bastante confusa para ella, y se dio cuenta de eso en el momento que sus palabras le lastimaron al punto de provocarle el llanto. Solamente su padre había logrado herirla con solo abrir el pico, por lo que no sabía cómo controlar ahora todo lo que estaba sintiendo desde aquel día en la mansión.

Babel [Bucky Barnes] EN FÍSICOWhere stories live. Discover now