Babel [Bucky Barnes] EN FÍSICO

Capítulo 30

Las investigaciones por la muerte de Loki continúan. Nadie parece ser culpable cuando se trata de un drogadicto con un padre en la ruina y un hermano que intenta reconstruir una mansión para la cual no tenía el dinero suficiente. Odín se encontraba hundido, pues sus ingresos no podían complementar aquello que el seguro les cobraba por restaurar la casa.

George Barnes mentiría si no se encontraba regodeándose por la situación de un sujeto al cual siempre tuvo la necesidad de joder en algún punto de su vida. El padre del difunto decidió cavar su amistad en una tumba el día en que no pagó aquella deuda pendiente con un préstamo tan significante como los millones de aquel cheque que jamás fue pagado.

Eran demasiados gastos y el pobre Thor solo intentaba culpar a James sin fundamento alguno de un atacante del cual su nombre jamás fue descubierto.

El día de hoy asistirían a la casa de Sarah. Darcy había decidido acompañarla junto con Wanda a unas de sus sesiones de terapia, las cuales iba patrocinadas completamente por James con una de las mejores psicólogas en todo Los Ángeles. Banner y la rubia eran los únicos que no culpaban a Darcy por lo sucedido. A la pobre castaña sus padres le habían bloqueado todo contacto, borrándola incluso de sus redes sociales. Barnes intentó recortarles el crédito por toda la mierda que le estaban haciendo a su propia hija, pero la menor de las Collins enseguida se interpuso ante esa decisión.

Después de todo lo que había sucedido en este tiempo, se dio cuenta que el perder el tiempo reclamándole a sus padres era algo perdido. Ellos jamás cambiarían, porque la vida nunca fue una película de Disney en donde ellos al final se daban cuenta de sus errores y la mierda que le habían hecho. Eran adultos que continuarían actuando de la misma manera en que lo han hecho desde un inicio, y ella solo tendría que aprender a ignorarlos.

El día de hoy se decide por un suéter color arena que ajusta dentro de un par de pantalones oscuros, unos zapatos cerrados con cordones color negro y un par de calcetines cortos color blanco para no permitir que estos le molestaran. Se recoge el cabello en un moño alto, colocando un listón del mismo color que la prenda superior para complementar.

Iba tomada de la mano de James dentro del Audi, de pronto acostumbrándose al castaño conduciendo al lado de ella y Leo y David escoltándolos con la Range Rover durante el camino. Los paisajes de la ciudad pasaban enfrente suyo, aun sintiendo el roce áspero del otro sobre el propio, de vez en cuando regalándole sutiles sonrisas antes de volver a mirar por la ventanilla.

Estos días habían sido tan tranquilos para ella, tan solo sintiendo angustias relacionadas a las pesadillas que su hermana le había contado que tenía por la noche, el llanto continuo y la necesidad que tenía de siempre buscar a Banner para lograr conciliar el sueño. El pelinegro se estaba comportando como un verdadero hombre. Preparó una habitación exclusiva para la rubia desde el primer día, respetó su privacidad y se encargaba de enviarle el desayuno, la comida y la cena en todo momento.

Trabajaba desde casa, esperando poder atender a su esposa para el instante en que le necesitara, y así era cuando Sarah tenía esos sueños donde recordaba las manos de aquel hombre sobre su cuerpo, terminando por gritar el nombre de su esposo en urgencia de auxilio. A Darcy le daba gusto saber que ella tenía alguien en quien apoyarse.

—Creo que no te lo he contado —De pronto, el castaño habla, ganando de nuevo su atención—, pero la noche en que Loki mandó a esos hombres, yo capturé a los asesinos de Sabrina.

La noticia le toma por sorpresa, elevando las cejas en reflejo de la misma. Presiona la mano del mayor con la propia, ahora más interesada en sus palabras.

—¿Por qué no me dijiste nada? —cuestiona de pronto.

—No lo consideré necesario —Menosprecia—. Además, ahora no puedo hacer ningún movimiento. Tengo a Thor con una lupa encima de mí y Pierce ya siente que le debo la vida después del favor con la mansión de Loki.