Capítulo 21

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Los mensajes de Darcy dejan de ser constantes para la segunda semana. A veces respondía una palabra, en otras ocasiones dos. James tampoco hacía el cambio ignorando los mismos, molesto tras el incidente que la chica tuvo que escuchar, pero todo recaía en ella y su responsabilidad. Esa misma tarde se deshizo de los cuerpos de los tres hombres, logrando sacar la información necesaria para ir tras los siguientes cabrones en su lista.

Se encuentran los cuatro en el vuelo, tan solo a unas horas de aterrizar. Darcy bebía una copa de vino en el avión, poseyendo esa licra color negro y ese suéter oversized color azul con el logo de los Rams. Steve le juzgó todo el camino de regreso, pero ella le mostraba la lengua. Linda reía, encantada con la interacción de esos dos. Wanda estaba contenta, emocionada por compartir la noticia con Vision acerca del embarazo.

Casi terminaba el mes, y agosto estaba a la vuelta de la esquina. Se venían los peores calores del año, siendo Los Ángeles la cuna de los bronceados, turistas y drogas en los clubes dentro de esas fechas. Darcy acostumbraba a irse de fiesta diariamente con sus amigas, pero, por primera vez, solo quiere descansar en casa.

En Montreal las cosas se pusieron bastante extremas con escalar montes, correr por las praderas, comprar compulsivamente y no quedarse en casa en ningún día. Maximoff venía agotada, pero contenta de haber conocido tantos lugares diferentes y nuevos para ella. Darcy hizo bastante bien en invitarle a este viaje. Se relajó bastante, sin mencionar la plenitud de sus sentimientos con un bebé en camino y la estabilidad que anunciaría a su pareja.

—Dar-Dar —La menor de los Barnes se sienta junto a ella en el avión.

La primera clase en el avión iba casi vacía. Tan solo eran ellos cuatro y dos familias más, los cuales disfrutaban de un relajante sueño junto a sus hijos. Otros tomaban algo y leían una revista entre sus manos. Se respiraba la calma, y la disfrutaba tanto por el hecho de saber que, bajando de ese vuelo, todo eso terminaría.

—Has estado seria estos días —menciona con cierta preocupación—. ¿Pasa algo? ¿Puedo ayudarte en algo?

Quiere decirle todo lo que había sucedido últimamente, pero prefiere callar. Tiene miedo de que James sea capaz de hacerle algo si abre la boca o algo parecido. Niega con la cabeza, pretendiendo que todo era estable alrededor suyo.

—Peleas con James por las tarjetas. Lo de siempre —Se encoge de hombros, restándole importancia.

La castaña mayor no parece del todo convencida con esa respuesta, pero no empuja más durante el resto del viaje, tan solo acercándose a Steve para acurrucarse en su hombro y quedarse dormida por otro rato más. La castaña se carcomía entre los nervios de llegar y aquella necesidad de refugiarse en algún lado y pretender que toda esta vida no había sucedido.

Cuando por fin aterrizan, los cuatro están agotados, tan solo ansiosos de entrar en la Suburban exclusiva de los Barnes y que les dejaran correspondientemente en sus domicilios. Al bajar del avión, el móvil de Linda por fin suena, haciendo saltar a la mayor mientras camina tomada de la mano de su esposo. Una enorme sonrisa se coloca en sus labios.

—Nos invitaron a una cena de caridad —De pronto menciona con el mismo paso que las otras dos.

—Odio esas cenas —farfulla Steve, colocando los ojos en blanco.

—¡Son divinas! Yo adoro esos vestidos elegantes, los bailes, la decoración. ¡Todo! —expresa con los brazos en el aire, meciéndose de un lado a otro con su gesto grácil.

—¿Tengo que ir yo también? —Darcy no parecía del todo convencida.

—¡Claro que tienes que ir! Eres la esposa de James, por lo tanto, ya formas parte de todo este caos —dice mientras revisa los protocolos y la etiqueta dentro de la invitación—. Será mañana por la noche. Supongo que mi hermano debe de estar enterado.

Babel [Bucky Barnes] EN FÍSICOOnde histórias criam vida. Descubra agora