Capítulo 47: Él chico incomprendido.

552 33 2
                                    

Belle.

Miré a Scorpius, insegura.

—¿Estás seguro de que me veo bien? —pregunté.

El momento de acompañarlo a aquel evento del trabajo había llegado por fin, después de que le cambiaran la fecha como tres veces—lo que ponía nervioso a Scorpius según lo que él mismo me había dicho durante nuestras conversaciones por mensajes—, y yo después de haber planeado como vestirme durante semanas, todavía tenía dudas sobre la ropa que había elegido para la ocasión.

Lo admito, me siento un poco nerviosa.

¡Pero tengo mis razones!

Scorpius me había dicho que no era necesario ir tan formal porque no era algo tan importante, lo que es raro considerando lo mucho que ha estado quejándose y preocupándose por ello, en fin, todas las veces que se lo pregunté, él me había dicho lo mismo: "No vayas tan formal, porque no es algo tan importante.", pero no había comentado nada más fuera de eso, lo que me había hecho sentir insegura con respecto a cómo me había vestido hoy. En consecuencia, no pude evitar preguntar repetidamente tanto a mi padre—que, al parecer, estaba bien con que fuera a uno de esos eventos mientras no llegase tarde a casa y que había convencido a mi madre de dejarme ir esta vez—, como a algunas amigas y también al mismo Scorpius si es que me veía demasiado formal o si, por el contrario, me veía muy informal.

Admito que me esmere un poco en mi apariencia. Quería verme lo mejor posible para no avergonzar a mi amigo en dicho evento. Puesto que, según tengo entendido, es un evento importante, ¡Aunque Scorpius diga que no lo es!

Pero Scorpius...

Bueno, él, ante mi pregunta, me miró de pies a cabeza de forma exagerada, como si fuese alguna clase de critico de moda importante y levantó sus dos pulgares en aprobación.

—Me gusta. —dijo. Sus ojos negros brillaban con pura diversión. —El vestido azul es simple, pero elegante, con un bonito encaje únicamente en la espalda, mismo que no es exagerado y solo te llega a la mitad de la espalda... —se detuvo por unos segundos, pareciendo buscar las palabras adecuadas. —y que resalta a la perfección tu cintura, si es lo que querías lograr.

Scorpius, simuló acomodarse unos anteojos imaginarios y me miró más críticamente.

—La forma en que cae, además, de una forma hermosa y libre hasta por... ¿tres centímetros? por sobre tus rodillas, es hermosa. Y los zapatos de tacón negros que no son muy altos combinan a la perfección con tu vestido, haciéndote ver más alta.

Lo miré, incrédula por las cosas que salían de su boca, mientras él seguía actuando como si fuese el mejor critico de moda.

—Aunque admito que siempre creí que serías más de rosa para este tipo de cosas. Tu cabello, por otra parte, se ve muy bonito hoy. Y tú bolso negro también me gusta. Es un diez de diez, caniche. Estas muy guapa. —me alagó.

Puse los ojos en blanco y negué, riendo divertida. Scorpius tiene un don para hacer que la gente se sienta más relajada a su lado.

—Gracias, Scorp... pero, ¿Estás seguro? ¿No estoy muy simple? —pregunté nuevamente.

—Te digo que sí, caniche. Hazme caso. —me aseguró.

—Bueno, pero... según sé, para eventos de este tipo siempre hay que ir formal.

Scorpius río. —Ya, pero solo iremos tatuadores y eso, no es taaaan importante. —dijo eso, pero pude notar un deje de nerviosismo en su voz. Quizás, él solo le está restando importancia al asunto para no ponerse nervioso él mismo.

Una dulce adicción (#1 GEMELOS EVERETT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora