Capitulo 20: Bravucón.

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Belle.

No pude visitar a Atti, al tener clases desde temprano, así que me dirijo directamente hacia el colegio, pensando en lo solo que debe sentirse mi amigo mientras desayuna. Al llegar, puedo ver a un chico en mi puesto, no lo he visto antes, así que entiendo que solo se haya sentado.

— Disculpa. — aviso.

Mi voz suena suave y animada como de costumbre, aunque un poco apenada por tener que reclamar mi puesto, sin embargo, su reacción está lejos de ser amable. Él chico me mira de una forma fulminante, al tiempo en que se levanta bruscamente, dejando caer la silla.

Esta enojado, ¿Por qué? ¿Qué le ocurre?

Él es rubio, de ojos negros y me saca al menos dos cabezas, y antes de que pueda intentar decirle algo más, me empuja con fuerza, haciéndome caer al suelo y soltar mis cosas.

—Ya no. — gruñe.

Yo lo miro sorprendida, no puedo evitar que los ojos se me nublen en lágrimas. No estoy adaptada a tratos agresivos y eso parece molestarle, pero antes de que diga algo más, él profesor llama su atención. Este lo regaña, le dice que me ayude a levantarme y que vaya a dirección por empujarme.

Él chico suelto un bufido y me toma de las muñecas para levantarme con fuerza. Creo que me va a soltar, pero no lo hace, en cambio, aprieta mis muñecas hasta hacerme daño, yo me quejo.

¿Por qué está haciendo esto?

— ¡Josh! — él profesor lo llama en un regaño, pero este no quita su mirada furiosa de mí.

—Que te quede claro, niñita, ahora estaré en problemas por tu culpa y me las voy a cobrar, tú serás mi nuevo juguetito, así que cuida tus espaldas. — me advierte, antes de soltarme, yéndose.

Miro mis manos con una mueca, tengo marcados sus dedos en rojo y me duelen, sin embargo, no puedo evitar quedarme asustada por sus palabras.

Por el resto de la mañana me la paso tranquila, estoy emocionada porque pronto veré a Atti, últimamente quiero pasar más tiempo con él, que, con cualquier otra persona, sin embargo, el problema llega antes de la hora de irnos.

El timbre suena dando por finalizadas las clases, yo recojo mis cosas con rapidez, mientras antes vaya con Atti, más tiempo podremos pasar juntos.

Camino a paso rápido por los pasillos, estos comienzan a estar vacíos, sin embargo, antes de que llegue a la puerta, un traspié me hace caer de rodillas al tropezar. Me duelen las manos por tratar de amortiguar la caída y que mi rostro no se vaya de una contra el suelo, así como me duelen mis rodillas, pero eso queda atrás cuando veo al culpable, él chico de la mañana.

Este sonríe, viéndome desde arriba. Yo frunzo el ceño al tiempo en que me levanto, no aprendí a boxear para que este imbécil me venga a molestar de esta forma. Sin embargo, todo pasa demasiado rápido, en un minuto le estoy reclamando qué está mal con él, en el otro él está intentando golpearme, yo lo golpeo a él y entonces todo queda en silencio cuando me toma del cabello y me hace caer de vuelta al suelo. Parece querer seguir golpeándome, pero entonces suena la voz de los profesores, queriendo saber qué pasa.

—Escúchame bien, como le digas de esto a alguien, te va a ir muy mal. — me amenaza, largándose antes de que los profesores lleguen a mí.

Y por primera vez, tengo miedo de alguien en la escuela.

[...]

— Hola, Margaret. — saludé a la enfermera en recepción, intentado sonreír, más solo me sale una mueca. Esta me saluda con una sonrisa, y está tan ocupada que apenas nota algo raro. Yo lo agradezco. No quiero que se preocupe por mí.

Una dulce adicción (#1 GEMELOS EVERETT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora