Capítulo 19

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El propietario del museo dio un traspié con el escalón que siempre conseguía derribarlo. Lo miró y le chistó. Caminó por el museo, buscando a la mujer pelirroja.

Había acordado con Stark en recibir una cantidad ingente de dólares si hacía aquella mínima cosa. Miraría por el bien del museo —y de su bolsillo—, sin importarle lo que tendría que hacer por ello. La causa justifica los medios.

Al fin vio a la mujer con el niño a su lado.

Era bastante atractiva, aunque al dueño le restó que tuviera el niño.

Se aclaró la garganta, y se acercó a ellos, con brío.

—Buenos días, ¿la señora Banner? —La mujer elevó su cabeza, y lo miró. Sí, respondía por señora Banner —El señor Banner se va a retrasar un poco. Me comentó que probablemente usted y su hijo —Señaló a Nicholas —, vendrían, y que si podía asegurarme. Por su puesto, he accedido.

Natasha se levantó, ese hombre pedante no le gustaba, escondía algo; pero, ahora quería centrarse en Bruce.

Asintió, se levantó. Sostuvo la mano de su hijo y le indicó que se alzase también. Nicholas sonrió con dulzura.

—He de decirle que el señor Banner está haciendo un trabajo extraordinario —Mintió. Pocos minutos antes se repetía esas palabras frente al diminuto espejo de su despacho, para parecer convincente. Lo que resultó. A medias.


***


Bruce se limpió las manos con un trapo que adquirió un tono negruzco. Lo tiró sobre la encimera, y le preguntó a Stark si podían salir ya.

—Pepper me ha llamado. Necesita hablar conmigo. Así que he llamado a un viejo amigo para que te lleve. Digo yo que te acordarás de él, ¿no? No hace tanto tiempo que os veis.

De pronto, por las escaleras bajó Clint Barton, también llamado Ojo de Halcón, el arquero que trabajó en S.H.I.E.L.D junto con Natasha, y que estaba enamorado de ella.

Bruce apretó los puños. <<¿Él? ¡¿Por qué él?!>> Qué violento.

—Barton —Lo saludó, con una sonrisa timorata.

—Hola, Banner. ¿A dónde hay que llevarte?

—Al Museo de Ciencias Naturales de Nueva York —repuso Tony Stark, mientras se acercaba —. Bruce, espero que tu jugada te salga bien —Se giró a Clint —. Gracias, Légolas.

Él se rió, y se despidió.

—Vamos a fuera y te llevo.

Los dos hombres se subieron al helicóptero, y sobrevolaron la ciudad.

›› ¡¿Cómo está Nat?! —gritó Ojo de Halcón, intentando que su voz se escuchase por encima del estridente ruido que emanaba del giro de las aspas del vehículo.

—¡Bien...! —Bruce vaciló —¡Y, ¿tú?!

—¡Igual, haciendo alguna que otra misión con los Vengadores, ya sabes!

No, en realidad Banner casi había olvidado la sensación de repartir puñetazos, de aplastar, de saltar y de vengar. De ser Hulk.

—¡¿Y por qué vamos al museo?!

Puff, qué de preguntas.

—¡¿Tony no te lo ha contado?! —El arquero negó, con una sonrisa torcida en el rostro —¡Es complicado! ¡Natasha no se puede enterar!

—¡¿Le pones los cuernos con Stark?! —bromeó Clint.

Bruce bufó.

—¿Podrías entretenerla un poco? Sólo para que cuando me vean, parezca que he estado ahí realmente.

***

Beauty and the Beast [Natasha Romanoff x Bruce Banner]Where stories live. Discover now